Como pudo, Belén Ross se sentó frente a la computadora y empezó a escribir. No tenía mucha fe en que ese mensaje pudiera servir, pero ya no tenía nada más que hacer para tratar de recuperar el celular que le habían robado. Ahí, en ese iPhone 7 Plus rosado que le habían arrebatado, ella guardaba los últimos recuerdos de su marido, que murió hace un mes como consecuencia de un cáncer, que dejó a la familia quebrada y al pequeño Lorenzo, de 3 años, sin papá.
Por: Clarín
“Necesito por favor si alguien vio algo o si saben quién se lo llevó me avisen. En ese teléfono tengo todas las fotos y recuerdos de mi marido que falleció hace un mes y son los únicos recuerdos que tenía para mostrarle a mi bebé de tres años”, escribió la joven en su cuenta de Facebook y rápidamente su pedido de ayuda se volvió viral.
El único dato que ella tenía sobre lo ocurrido fue que el aparato desapareció de la vinería Avellaneda en la que trabaja, en la zona de Bermejo (Mendoza, argentina). Es el negocio al que su marido había apostado hace año y medio en plena pandemia y que ahora quedó a su cargo.
Fue en septiembre cuando comenzó la tormenta para esta familia. No tenían ni siquiera una pista de que una enfermedad tan feroz como el cáncer estaba merodeando, hasta que un día Cristian, de 43 años, empezó a tener problemas para comer. Tan solo unos pocos bocados lo llevaban a vomitar al instante. La explicación del médico fue contundente: un cáncer en el estómago y muy pocas chances de poder vivir.
De un día para el otro todo cambió para ellos. No hubo ni tiempo para poder pelearla y de modo que Cristian quiso despedirse con una última alegría y le propuso casamiento a Belén.
“La enfermedad era sumamente agresiva. Estaba en una fase que lo iba deteriorando muy rápido. Se hizo los estudios para ver si podía iniciar un tratamiento con quimioterapia, pero ya no le funcionaba el hígado ni los riñones. Era imposible”, explicó la joven de Guaymallén a TN.
Fue entonces que la fecha para la celebración quedó definida: “Nos casamos el 5 de noviembre, en nuestro aniversario. Al día siguiente, él cumplió 43 años”. Un mes más tarde, la enfermedad ya había avanzado demasiado en su cuerpo y el 8 de diciembre murió. “Fue todo muy rápido. Si te fijás en las fotos de nuestro casamiento, él era una persona diferente. Había pedido 40 kilos”.
?Salir adelante
Desde entonces Belén tiene que tratar de rearmarse para ser la mejor mamá posible para Lorenzo y para que el pequeño pueda tener a Cristian en su memoria. En ese contexto, llegó un nuevo golpe. Su celular desapareció y allí se fueron los recuerdos de su marido.
Sacando las fuerzas de donde ni siquiera ella sabía que las tenía, la joven dedicó todas sus energías a recuperar el teléfono. No era una cuestión de dinero, ni de tener un buen celular, esas fotos, esos recuerdos no podían desaparecer así como así: “Ahí están los únicos recuerdos que tenía para mostrarle a mi bebé de su papá”, escribió en su posteo, para destacar la importancia del aparato.
Y cuando menos lo esperaba llegó un mensaje a su cuenta de Facebook: “Me escribió una chica diciéndome que tenía mi teléfono. Me contó que se lo había comprado a unos chicos, pero que después vio la publicación y quiso devolvérmelo. Me contactó y nos encontramos”.
Fue todo un operativo ya que ella no sabía si podía confiar o no en la persona que supuestamente tenía su teléfono. Pactaron verse en el hipermercado Libertad, en Godoy Cruz. Al llegar al playón de estacionamiento del centro comercial, Belén se acercó a un policía y le contó sobre lo que estaba a punto de suceder.
“Tenía un poco de miedo de que fuera una trampa. Por eso le pedí a un oficial que me observara. Pero no: la chica estaba realmente preocupada. Me dijo que andaba sin teléfono y por eso le compró uno a unos pibes. Seguramente ellos fueron los que me robaron”, describió la joven que le pagó 10 mil pesos de recompensa para que le devolviera el teléfono.
Todo eso ocurrió el mismo día del cumpleaños número 3 de su hijo. Así que la mendocina no tuvo tiempo de pensar demasiado en lo vivido y volvió a casa para seguir con los preparativos del festejo. Tal vez el niño no lo sepa, pero la valentía de su mamá le dio a Lorenzo el mejor regalo: las fotos y recuerdos de su papá.