Mucha gente es muy buena para recordar caras pero se le da fatal recordar nombres. Un reciente estudio de la Universidad de Northwestern puede haber dado con el remedio: una siesta reparadora. El trabajo acaba de ser publicado en la revista ‘ NPJ: Science of Learning’. Así lo reseñó ABC.
El cerebro humano no se detiene nunca mientras vive, ni siquiera cuando duerme. De hecho, la actividad neuronal que tiene lugar durante el sueño profundo no es mucho menor que en la vigilia, si bien tiene una estructura diferente: durante el sueño profundo se ‘consolida’ la información adquirida durante el día, posiblemente porque las neuronas se comunican entre ellas de un modo peculiar, en sincronía.
Ahora, este nuevo experimento documenta cómo reactivar la memoria justamente mientras se duerme a través de estímulos externos podría ser clave en recordar nombres.
La prueba se realizó con 24 participantes de entre 18 y 31 años, a quienes se les pidió que memorizaran los rostros y los nombres de 40 alumnos de una hipotética clase de historia latinoamericana y de otros tantos de otra clase de historia japonesa. Cuando se volvió a mostrar cada cara, se les pidió que indicaran el nombre correspondiente. Después del ejercicio de aprendizaje, los participantes se echaron una siesta mientras los investigadores monitorizaban cuidadosamente la actividad cerebral mediante mediciones de EEG (un registro de la actividad eléctrica del cerebro captada por electrodos en el cuero cabelludo). Cuando los análisis indicaron que los participantes se encontraban en la fase N3 -en la que se da un sueño muy profundo y reparador, con presencia de ondas delta cerebrales, ausencia de movimientos oculares, ritmo cardiaco y respiratorio lento, ausencia de sueños y justo antes de la conocida como fase REM-, algunos de los nombres fueron repetidos suavemente junto con música asociada a las clases.
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