Aunque su carrera también empezó en “Mi pobre angelito”, a los 8 años, Kieran Culkin siempre estuvo a la sombra del éxito de su hermano mayor Macaulay. Ahora está retomando su trabajo en la industria luego de vivir por décadas alejado del foco mediático.
Por Infobae
A punto de cumplir los 40 en una de las estrellas del momento gracias a “Succession”, que se ha convertido en una serie de culto. Su personaje de Roman Roy, irreverente y provocador, ya le ha valido tres nominaciones consecutivas al Globo de Oro. Hoy, en pleno éxito y con una cuarta temporada confirmada, la fama vuelve a perseguir a Kieran, que quiere dedicarse a su gran pasión sin popularidad ni atención de los medios.
El éxito y caída de Macaulay hicieron que Kieran rechazara las luces de Hollywood durante toda su vida. Ahora, gracias a su laureada interpretación, abraza la profesión a la vez que trata de no convertirse en una celebridad. Por ello, el actor lleva una vida tranquila con su esposa y sus dos hijos alejado de los escándalos que destruyeron a su famoso hermano.
Un padre abusivo y la tragedia que no puede olvidar
Si bien lleva años trabajando en la industria siempre estuvo en un segundo plano, lejos de la atención pública. En 2018 se metió en el personaje de Roman Roy en la aclamada serie de Jesse Armstrong y finalmente logró hacerse un nombre más allá de su famoso hermano. A pesar de ser considerado por sus compañeros como un actor extraordinariamente talentoso, Kieran Culkin ha resistido activamente a la fama durante casi tres décadas.
Lo más extraño es que Kieran descubrió que definitivamente quería ser actor gracias a “Succession”, es decir sólo cuatro años atrás. “Recuerdo el momento exacto en el que lo sentí. Fue al terminar de filmar la primera temporada. Estaba volviendo a casa y pensé: ‘Esto es lo que quiero hacer con mi vida. Creo que quiero ser actor’. Tenía 36 años. Llevo 30 dedicándome a esto”, confesó en una reciente entrevista a The Hollywood Reporter.
Kieran es el cuarto de los siete hijos que tuvieron Kit y Patricia. Su infancia estuvo marcada por un padre tiránico cuyo único objetivo era que sus hijos se convirtieran en estrellas de Hollywood. Así fue como Macaulay consiguió el papel de Kevin McCallister en “Mi pobre angelito”. Y Kieran el de primo pequeño. Cuando apenas tenía 14 años, Macaulay ya tenía una impresionante fortuna y era uno de los actores más rentables de la industria del cine.
Durante los primeros nueve años de la vida de Kieran, toda la familia vivió en un pequeño departamento ferroviario de Manhattan ubicado en la calle 94. “Era simplemente un pasillo, sin puertas, excepto en el baño, sin pestillo. En aquel apartamento mis padres criaron a siete hijos”, contó el actor a la revista Vanity Fair en 2018. Los estudios nunca fueron un requisito importante en la casa Culkin. “Algunos iban al colegio, otros no”, admitió Kieran, que fue uno de los cuatro hermanos mayores que nunca terminaron la escuela secuandaria.
Kit, que alguna vez fue actor de teatro, aceptó un trabajo como sacristán en la iglesia St. Joseph de Nueva York en el Upper East Side para sus hijos tengan educación gratuita. Mientras tanto, Patricia se las arreglaba para mantener a cinco niños y dos niñas con un trabajo nocturno. Todo comenzó para la familia Culkin cuando un vecino, un director que trabajaba para la compañía Light Opera of Manhattan, escuchó que necesitaban niños para una producción y se lo comentó a Kit, que no dudó en presentar a todos sus hijos al casting.
Kieran tenía 6 años cuando comenzó a audicionar con sus hermanos mayores. Su primer papel fue en “Mi pobre angelito” interpretando a un primo del personaje de su hermano, Kevin McAllister. La película que cambiaría todo para los Culkins. Pronto estarían viviendo en una espaciosa casa en el exclusivo Upper East Side, y Kit estaría alienando a la mitad de Hollywood con sus escandalosas solicitudes en nombre de Macaulay, su hijo superestrella.
A los 9, Kieran fue elegido como Matty Banks, el hijo pequeño de Steve Martin y Diane Keaton, en “El padre de la novia”. La producción lo alojó en el Sheraton durante tres meses. Los días eran divertidos, pero por la noche, solo con su padre para hablar, se sentía solo.
Cuando los padres del actor se separaron en 1995, se enfrentaron en una amarga batalla legal por la custodia de sus hijos y la fortuna que había amasado el famoso de la familia. Siendo un niño, Macaulay prohibió a sus padres acceder a su fortuna, se emancipó y se retiró del cine a los 14 años luego del filme “Richie Rich” en 1994. “Mi padre estaba celoso de mí. Era un mal tipo, un abusador. Todo lo que él había intentado conseguir a lo largo de su vida, yo lo conseguí antes de tener 10 años”, dijo Macaulay en una entrevista en 2018.
Entre 1990 y 1994 Macaulay le suplicó a su padre que lo dejase trabajar menos, pero Kit lo obligó a protagonizar nueva películas en sólo cuatro años. “Yo le pedía un descanso, quería irme de vacaciones por primera vez en mi vida, y él no dejaba de firmar contratos para más películas. Mi padre tenía una cama gigante y a mí me hacía dormir con mi hermano en el sofá”. Insatisfecho con la vida de lujos que llevaba, Kit puso a trabajar a otros dos de sus hijos, Rory y Kieran. Tras la separación de sus padres, los hermanos Culkin prefirieron quedarse con su madre. Sin poder ni dinero, Kit les retiró la palabra a todos.
A diferencia de Macaulay, quien dijo en entrevistas y en sus memorias de 2007, “Junior”, que Kit abusaba física y mentalmente de él, Kieran dijo que aunque no se comportó con él tan mal como con su hermano, su padre “no era una buena persona”. Solo puede recordar a Kit como una presencia constante y no deseada en el hogar. “Él no se bañaba. Apestaba. Recuerdo haber pensado: ‘Supongo que todos los papás huelen horrible’. Una vez, un completo extraño se volvió hacia mi padre en la fila y le dijo: “Señor, su olor me parece ofensivo”, recordó Kieran en conversación con The Hollywood Reporter.
En otra ocasión, Kit desapareció durante tres semanas. Niinguno de los siete hermanos Culkin comentó sobre su ausencia. “Una vez, durante los 90, desapareció de casa durante tres semanas. Nadie lo registraba, hasta que alguno preguntaba ‘¿dónde está papá’?. A nadie le importaba realmente. Cuando él se ausentaba era todo mejor”, recordó.
Por suerte para él, según dijo: “Se esfumó de mi vida cuando tenía 15 años”. Lo volvió a ver en una ocasión, en 2014, cuando su padre fue a verlo a una obra de teatro en Broadway. Kieran puso el nombre de su padre en la lista de invitados y lo saludó detrás del escenario. Era la primera vez que se veían en 17 años. El patriarca de los Culkin se encontraba en un estado físico lamentable tras haber sufrido un derrame cerebral, algo que no conmovió al actor. “Que se joda, me da igual”, comentó sobre este encuentro al citado medio.
En cambio, Kieran mantiene “una gran relación” con su madre, que se casó con otro hombre y se mudó a un rancho en Montana. “Ella me ha enseñado mucho. Es una mujer maravillosa”.
La ausencia de su hermana Dakota, que falleció tras ser atropellada a los 29 años en 2008, es algo que Kieran no puede superar. “Cada uno de nosotros lo manejó de manera muy diferente. Acepté en ese momento que esto va a ser para siempre y que nunca voy a volver a estar bien. Siempre va a ser devastador. Todavía lloro por eso de la nada. Algo divertido que ella hizo me viene a la cabeza y me hace reír, y luego me pongo a llorar”.
El actor contó que Dakota, “Cody” para la familia, fue una de sus mayores inspiraciones para interpretar a Roman Roy, el hijo menor de Logan Roy, el patriarca de la disfuncional y todopoderosa familia dueña del conglomerado de medios Waystar Royco.“Cody era la persona más divertida de la familia, tenía un sentido del humor oscuro y retorcido”.
Amor y trabajo con bajo perfil
Ser testigo del “lado b” de Hollywood influyó en su visión de la fama, que desde ese momento quedó asociada en su mente a algo profundamente desagradable. “No me gusta”, explicó en Vanity Fair. “Creo que las personas inteligentes y con la cabeza en su sitio que experimentan la fama de forma directa o indirecta, no la desean. Entre mi felicidad personal y el éxito, elijo lo primero, sin duda. Si me hace sentir miserable, ¿qué sentido tiene?”.
Kieran recuerda infinidad de sucesos desagradables relacionados con la fama de su hermano a principios de los años 90, como la ocasión en la que, mientras caminaban por la calle, una mujer le quitó a Macaulay una gorra que llevaba puesta para no llamar la atención. Lo miró y se puso a gritar “¡Sí, es él!”, para luego decirle al niño: “No eres tan lindo”.
Cuando Macaulay se retiró, Kieran siguió labrando su carrera con papeles en películas independientes y obras de teatro. Pero siempre con cierta rechazo a la fama, que tan mal le había sentado a su hermano. En el 2002 consiguió su primer papel protagonista con “Las locuras de Igby”, que le valió su primera nominación a los Globo de Oro a los 19 años. Asistió a la gala con Emily Gerson Saines, la representante que ha tenido desde que tenía 12 años.
No obstante, aunque cada vez estaba más convencido de querer dedicarse a la actuación, su rechazo a la fama sigue intacta. “¿Puedo ser actor y no ser famoso?”, le preguntó en esa época a su agente. Tras esta película vinieron muchas ofertas. Rechazó papeles más ambiciosos ya que “no estaba preparado”, confesó. “No habría sida capaz de manejar el éxito ni la atención que se habría generado, así que literalmente me escapé de eso”.
Ocasionalmente, Kieran salía de su exilio actoral para interpretar algún papel secundario en cine y en televisión. Y en el 2018 llegaba “Succession”. A Kieran le llego el guion piloto en 2016. Según cuenta la historia, el director de casting quería que él audicionara para el primo Greg (que fue para Nicholas Braun), el nieto del hermano de Roy Logan (Brian Cox) que entra en la familia para ver si puede rascar algo de éxito y dinero gracias a su apellido. Pero Culkin no se sintió adecuado para el papel. En cambio, grabó tres escenas como Roman Roy y las envió. “Fue el primero que elegimos”, recordó el creador Jesse Armstrong, quien sabía que había encontrado a su Roman un minuto después de ver el video.
En lo personal, Kieran también ha preferido la discreción y poco se conoce de su vida.
El actor se casó en el 2013 con Jazz Charton, una técnica de sonido británica. La pareja tiene dos hijos: Kinsey Sioux, de dos años y medio, y Wilder Wolf, que nació el pasado mes de agosto. Ella trabajaba en el departamento de música de una agencia de publicidad cuando conoció a su futuro esposo en un bar de Nueva York. en 2012 “Dije: ‘Soy Kieran. Tienes acento inglés. ¿Cómo te llamas?’”, contó el actor sobre ese primer encuentro. “Ella dijo, ‘Jazz’. Yo dije, ‘J-A-Z-Z, ¿cómo la música?’ Y ella dijo, ‘Sí’. Y yo dije, ‘Bueno, eso es jodidamente estúpido’”. Eso la hizo reír y los dos han estado juntos desde entonces.
La pareja vivía en el mismo apartamento de una habitación en East Village, que Kieran Culkin ocupó durante dos décadas. El año pasado se fueron a una casa en Brooklyn, que para el actor fue como “mudarse fuera del país”. Y en cuanto a su trabajo, todo parece indicar que seguirá empeñado en cumplir sus sueños como actor sin ser una celebridad.