La fatiga pandémica nos empuja a hablar de ‘gripalizar’ la covid para pasar a una fase endémica en la que convivamos con el virus. La mayoría de expertos está de acuerdo en que ese es el camino, pero cuando se den las circunstancias: no en plena sexta ola de contagios por ómicron y con las UCI al límite. La premura por terminar con la incertidumbre a la que nos abocó el coronavirus hace dos años nos lleva echar la vista atrás para fijarnos en cómo acabaron pandemias víricas anteriores como las causadas por la gripe rusa (1889), la gripe española (1918) o la gripe asiática (1957), que son las que están utilizando los historiadores de las pandemias para predecir la evolución de la covid-19.
Por 20minutos.es
Estas tres han sido las pandemias víricas de los últimos 130 años y en los tres casos se prolongaron entre dos y tres años. En los tres casos, acabaron evolucionando a formas de gripes más leves, de presentación estacional con las que hemos aprendido a convivir.
Así lo explica el director del Museo Vasco de Historia de la Medicina de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y especialista en historia de las pandemias Anton Erkoreka. “Con la covid-19 creo que terminaremos igual. Aunque no sepamos seguro cómo se inició ni sus circunstancias, sabemos que en noviembre de 2019 ya había casos de esta nueva enfermedad por lo que, si va a durar entre dos y tres años como las pandemias víricas de los últimos 130 años, dentro de este 2022 tiene que terminar y pasar a convertirse en una enfermedad endémica, muy parecida a la gripe. Yo espero que para finales de primavera haya pasado lo peor y podamos ir saliendo del túnel”, expone a 20minutos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó la semana pasada que tenía “a la vista” el final de la pandemia, pero que todavía no estábamos en ese punto. Dos días después, predijo que más del 50% de la población europea iba a contagiarse de ómicron en las próximas semanas. El final -advierte el médico e historiador- “no será tan sencillo como nos presentan algunos medios. No habrá un día y un momento en el que diremos que hasta aquí ha llegado“.
Mortalidad en niños en 1920
Erkoreka incide en el caso de la gripe, “que es el más parecido a la covid”. Recuerda que la gripe puede ser estacional, que aparece todos los inviernos y causa unos 400.000 fallecimientos en todo el mundo; o pandémica, que surge cada 25 años aproximadamente causada por una variante muy virulenta. Ejemplos de esta fueron la gripe rusa (de 1889), la gripe española (1918) o la gripe asiática (1957), que mataron millones de personas en todo el mundo –entre 50 y 100, según diversos cálculos, frente a los 5,5 millones de fallecimientos que ha casado hasta el momento la covid-19 (gracias a los avances de la medicina)-, crearon una gran alarma y tuvieron distintas olas a lo largo de los dos o tres años que duraron.
El experto subraya que en dichas olas la edad de los fallecidos fue cambiando y destaca como “dato preocupante que tenemos que tener en cuenta en este preciso momento de evolución de la covid” que en la última ola de la pandemia de gripe española en Europa, en el año 1920, “el número de niños entre 0 y 4 años que fallecieron con diagnóstico de gripe aumentó considerablemente llegando a suponer, en algunas localidades españolas, hasta el 23% de todos los muertos con este diagnóstico”.
“La gente les quita hierro, considerando que todas las gripes son iguales y que es una enfermedad benigna”
El historiador de pandemias abunda que “estas gripes pandémicas tan graves se continuaron con las gripes estacionales, como si hubiera una continuidad entre ellas”, al tiempo que insiste en que la gripe tiene dos presentaciones, “una benigna y otra muy grave” y advierte de que “la gente les quita hierro, considerando que todas las gripes son iguales y que es una enfermedad benigna”.
A la pregunta de ¿qué nos queda por vivir -epidemiológicamente hablando- hasta llegar al final de la pandemia de covid-19?, Erkoreka describe el escenario que visualiza: “El coronavirus se va a cronificar, va a tomar un ritmo de aparición como la gripe, y vamos a tener que vivir con él los próximos años. Algunas cepas de coronavirus además acabarán, como ya ocurre con cuatro coronavirus que afectan a humanos, convirtiéndose en responsables de cuadros leves como catarros o resfriados sin importancia”, afirma.
Sobre cuándo y cómo terminará la pandemia también han escrito cuatro investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona. En un reciente artículo firmado por Adelaida Sarukhan, Jeffrey V. Lazarus, Jose Muñoz y Clara Marín, abordan una de las principales cuestiones actuales de salud global. En su opinión “cada país o región probablemente hará su transición a una fase endémica en un momento diferente y de una forma distinta, pero la pandemia no será endémica hasta que todos los países hayan alcanzado esta fase”. Los investigadores abogan por una estrategia global que tenga como objetivo la “casi-eliminación de la enfermedad grave” y prevén “picos epidémicos durante el invierno” que, junto a la gripe estacional, pueden causar impacto en los servicios sanitarios.
¿’Gripalizar’ la covid?
En pleno debate sobre si hay que tratar la covid como la gripe, el Ministerio de Sanidad afirma que busca anticiparse a una forma de monitorizar el nuevo (cada vez menos) coronavirus basado en una red centinela de sanitarios y centros, pero nunca antes de superar la presente sexta ola. Erkoreka mantiene que si bien cree que la covid terminará como una infección más, todavía no estamos en esa fase.
“Ahora estamos en fase aguda, en mitad de una pandemia muy grave, muy intensa en los países de Europa Occidental como es el caso de España y Francia. Nuestras tasas son muy altas, han colapsado la Primaria y están saturando las camas hospitalarias y las UCIs. Si no aparecen variantes más graves o este mismo ómicron no presenta mutaciones y se transforma en un ‘ómicron plus’ más grave y peligroso, para el próximo otoño-invierno podríamos tratar la covid como una enfermedad endémica. En ese caso empezaríamos con la red de centinelas y el seguimiento de casos nuevos. Además de su correspondiente vacuna, seguramente en otoño, como hacemos con la gripe estacional”, defiende.
Estos días en los que algunos países como Israel o España han aprobado la cuarta dosis a personas vulnerables (o Hungría a toda la población), los inmunólogos han cuestionado esta estrategia de revacunación. El médico e historiador agrega que “habría que buscar una vacuna más efectiva de una única dosis para poder asumir sus costes económicos. Los costes de las dos o tres vacunas por persona del año 2021 han sido astronómicos. Pfizer ha hecho públicas sus cifras de negocios de 2021 declarando 36.000 millones de dólares solo por la venta de las vacunas”, anota.
Aprendizaje: ventilación de interiores
Grandes pandemias bacterianas anteriores como la peste o el cólera no se pueden comparar con la actual pandemia coronavírica. Sin embargo, en términos de aprendizajes o avances logrados tras cada pandemia, si las del cólera llevaron a cambiar el urbanismo y la arquitectura de las ciudades y a mejorar el abastecimiento de agua potable a la población y la gestión de las aguas fecales, la actual pandemia de covid “también nos tiene que llevar, entre otros, a cambios en la arquitectura de los edificios“, asiente Erkoreka, que sugiere construcciones más espaciosas y mejor ventiladas.
Aunque la covid logre modificar algunos hábitos de vida o costumbres, lo que no cambiará, augura el historiador, será “el ánimo” para “disfrutar más de las pequeñas cosas de la vida y de las grandes. Socialmente e individualmente, nos olvidaremos enseguida de estos tiempos de pandemia”, concluye.