La comunidad científica cree que la supuesta nueva variante del covid-19 bautizada como ‘deltacron’, que fue anunciada a principios de este mes por el virólogo Leondios Kostrikis, en realidad no existe, según un artículo publicado este viernes en la prestigiosa revista Nature.
El pasado 7 de enero Kostrikis anunció que su equipo de investigación de la Universidad de Chipre en Nicosia había identificado varios genomas del SARS-CoV-2 que presentaban elementos de las variantes delta y ómicron, por lo que cargaron 52 de las secuencias en el repositorio público GISAID.
Tras difundirse la noticia, muchos científicos acudieron a las redes sociales para expresar que no se trataba de una nueva variante ni tampoco era el resultado de la recombinación entre virus, sino que probablemente era solo consecuencia de la contaminación en el laboratorio.
“No formaron una supervariante”
“No existe deltacron, al igual que no existe flurona”, tuiteó Krutika Kuppalli, especialista en enfermedades infecciosas de la OMS. “Ómicron y delta no formaron una supervariante. Esto es posiblemente fruto de la secuenciación (contaminación de laboratorio de fragmentos de ómicron en un espécimen delta)”, añadió.
En un correo electrónico enviado a Nature, Kostrikis explicó que su hipótesis inicial era que algunas partículas del virus delta habían desarrollado mutaciones independientes en el gen de la espícula similares a las comunes en ómicron. Pero otros científicos que trabajan en secuenciación genética y covid-19 señalaron que podía tratarse de un simple error de laboratorio.
El virólogo indicó que, si ‘deltacron’ fuera un producto de la contaminación en el laboratorio, la secuenciación debería haber arrojado secuencias de ómicron con mutaciones similares a delta, ya que ómicron tiene su propia mutación que obstaculiza el cebador.
Difusión de información errónea
El argumento de la alteración en las muestras de la supuesta nueva variante estuvo “encabezado por las redes sociales sin considerar nuestros datos completos y sin proporcionar ninguna evidencia real y sólida de que no es real”, añadió e científico.
No obstante, otros investigadores señalaron que, incluso si las secuencias no son el resultado de la contaminación, las mutaciones identificadas por el grupo chipriota no son exclusivas de ómicron y se encuentran en otras variantes, lo que hace que ‘deltacron’ sea un nombre inapropiado, si bien Kostrikis aseguró que nunca dijo que las secuencias representaran un híbrido de delta y ómicron.
Aunque algunos investigadores aplauden el sistema para detectar rápidamente un posible error de secuencia, otros advierten que este caso demuestra el peligro que supone la difusión de información errónea durante la presente pandemia.