El primer ministro británico, Boris Johnson, empieza una semana decisiva para su futuro político, al divulgarse el esperado informe sobre el “Partygate”, el escándalo sobre las fiestas en la residencia oficial Downing Street durante la pandemia.
La funcionaria Sue Gray espera dar a conocer en los próximos días las conclusiones de su investigación sobre estos encuentros sociales, que tuvieron lugar, según los medios, mientras el Reino Unido mantenía fuertes restricciones para contener la covid-19.
De acuerdo con el dominical “The Sunday Times”, Gray ha decidido ampliar su pesquisa a unas supuestas fiestas celebradas en el piso privado que Johnson comparte con su mujer, Carrie Johnson, en Downing Street, a finales de 2020, cuando había confinamiento.
Visitas de amigos en el apartamento de Johnson
Al parecer, Sue Gray ha recibido pruebas de que dos amigos de Carrie Johnson, identificados como Henry Newman y Josh Grimstone, visitaron el piso de la pareja en varias ocasiones durante el confinamiento y que hubo una fiesta el 13 de noviembre de 2020, el día que Dominic Cummings, el polémico ex asesor del jefe del Gobierno, abandonó definitivamente su labor en Downing Street, según el “Sunday Times”.
De acuerdo con la explicación dada sobre esas citas sociales, las visitas eran de trabajo, a pesar de que Newman y Grimstone trabajaban en otro edificio del Gobierno y no en Downing Street.
El “Partygate” ha enfurecido al mundo político, tanto a diputados conservadores como de la oposición, así como a la población, después de que el país cumpliera con draconianas medidas restrictivas.
Algunos diputados conservadores han revelado que están dispuestos a enviar cartas al Comité 1922, que agrupa a los parlamentarios “tories” sin cartera, para pedir un proceso interno que decida si Johnson continúa o no al frente de la formación y del Ejecutivo.
El citado comité debe recibir 54 misivas de los diputados para que el proceso interno pueda salir adelante.
Una diputada dice que fue retirada del gobierno por ser musulmana
A este escándalo se añadió este domingo unas denuncias de una diputada conservadora, que reveló al dominical “The Sunday Times” que le fue retirado su puesto ministerial por ser musulmana.
Nusrat Ghani, de 49 años, era secretaria de Estado de Transporte, pero fue sustituida en un ajuste del Gobierno que hizo Johnson en febrero de 2020, poco antes de que el Reino Unido quedase confinado.
Según Ghani, un encargado de la disciplina parlamentaria del partido le dijo que algunos colegas se sentían incómodos por ser musulmana. “Me sentí humillada e indefensa”, dijo la diputada.
Ghani admitió que decidió no decir nada en ese momento sobre esta situación tras recibir la advertencia de que su carrera y reputación podían quedar “destruidas” si hablaba de ello.
“Cuando el primer ministro me dijo que quería que me marchase del Gobierno en el ajuste de febrero de 2020, me sorprendí pero entendía que era la realidad de la política”, añadió Ghani, parlamentaria por la circunscripción de Wealden, en el sur de Inglaterra.
Hoy, un portavoz de Downing Street señaló que el “premier” se reunió con Ghani para hablar de tales acusaciones en julio de 2020.
“Después él (Johnson) le escribió expresando su grave preocupación y la invitó a que iniciara un proceso formal de queja. Con posterioridad, ella no lo hizo. El Partido Conservador no tolera prejuicios o discriminación de ningún tipo”, agregó el portavoz.
Los medios identificaron hoy a Mark Spencer como el encargado de la disciplina que habló con la diputada.
En ese sentido, Spencer calificó de “totalmente falsas y difamatorias” las afirmaciones de Ghani.
El ministro de Educación, Nadhim Zahawi, pidió hoy que el Partido Conservador investigue las denuncias de Ghani. “No hay lugar para la islamofobia o cualquier forma de racismo en nuestro Partido Conservador”, tuiteó Zahawi.
Por su parte, la portavoz de asuntos legales del laborismo, Emily Thornberry, pidió este domingo una “investigación independiente” en el Partido Conservador sobre islamofobia, al igual que se hizo en su día con las denuncias de antisemitismo en el Laborismo.
EFE