Una empresa de distribución de oxígeno medicinal fue atacada con un explosivo en el departamento colombiano de Arauca, región donde se vive desde principios de enero un enfrentamiento armado entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y grupos disidentes de las FARC.
Según un video de una de las cámaras de seguridad, el artefacto explotó anoche, sin dejar heridos, en la puerta de la empresa farmacéutica Oxígeno del Llano, ubicada a pocos kilómetros de Arauca, la capital homónima, en la carretera que va al yacimiento de Caño Limón, donde aún hay presencia militar.
El suministro de oxígeno es más que vital en estos tiempos en que los contagios por covid-19 van en aumento en todo el país debido a la propagación de la variante ómicron.
Se trata de un nuevo ataque en esta zona fronteriza con Venezuela donde la tensión entre el ELN y los frentes Décimo y Veintiocho de las extintas FARC ha escalado brutalmente desde el comienzo del año y ya deja al menos 34 muertos, aunque organizaciones sociales hablan de 40.
El pasado 19 de enero, miembros de las disidencias perpetraron un atentado con carro bomba en el centro de la ciudad de Saravena, donde funcionan comercios y oficinas.
El ataque al parecer tenía como blanco la sede de la Fundación de Derechos Humanos Joel Sierra, pero los mayores daños los sufrió la agencia local del estatal Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), donde trabajaba el vigilante Simeón Delgado, que murió en el atentado.
SECUESTROS Y DESPLAZADOS
De otro lado, la Defensoría del Pueblo de Colombia dijo este lunes que después de que cuatro personas “que habían sido llevadas en contra de su voluntad por grupos armados ilegales en (los caseríos de) Botalón y Puente Tabla (del municipio de) Tame” fueran liberadas este domingo, otras tres personas fueron secuestradas en Puerto Nariño, que pertenece a Saravena.
Además, desde comienzos de año, cuando comenzaron los asesinatos selectivos en la zona por la guerra entre el ELN y los disidentes de las FARC, al menos 1.486 personas, de 455 familias, se han visto desplazadas por la violencia.
En Arauca, el ELN y las antiguas FARC ya se enfrentaron en una “guerra de guerrillas” entre 2005 y 2011 que dejó medio millar de civiles muertos y una gran cantidad de bajas en las filas de ambos grupos.
De ahí salió un acuerdo, una especie de “manual de convivencia”, donde aceptaron respetar sus territorios y no enfrentarse entre ellos, que se siguió respetando tras la desmovilización de las FARC.
Sin embargo, en los últimos meses estos dos frentes, que se cree que están coordinados por las disidencias nacionales de alias “Gentil Duarte”, han crecido en tamaño y amenazado la hegemonía que tiene el ELN en esta parte del país y en el lado venezolano, donde se calcula que están entre el 60 y el 70 % de sus efectivos.
La situación en esa zona, donde la presencia estatal es escasa, es preocupante por lo que organismos como el Sistema Especial para la Paz, conformado por la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD), la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) han pedido al Gobierno que propicie o facilite diálogos humanitarios entre los grupos para desescalar la situación.
EFE