Ni La Sayona estampó su firma para convalidar el revocatorio “exprés” del CNE

Ni La Sayona estampó su firma para convalidar el revocatorio “exprés” del CNE

revocatorio
EFE

 

La inviable tarea de recoger las firmas suficientes para solicitar un referéndum revocatorio que termine con el mandato del usurpador Nicolás Maduro fracasó tal como estaba previsto. Eso se evidenció en la poca afluencia de personas en los puntos destinados por el írrito Consejo Nacional Electoral (CNE).

El CNE tenía todo fríamente calculado y una vez más empleó sus artimañas para hacer del proceso “democrático” un evento desapercibido y manipulado para evitar así, la remoción de quien hoy ostenta el control en Miraflores.





Por: Luis Eduardo Martínez / lapatilla.com

El plan del ente electoral controlado por el chavismo era sencillo: acelerar el intento de solicitar el revocatorio y limitar el acceso para la participación de quienes apoyaban la iniciativa. Destinó la recolección de firmas para un único día y además el más atravesado de la semana en un lapso de 12 horas. Por si fuera poco, solo habilitó 1200 centros, cantidad insuficiente para poder abarcar el mínimo de rúbricas requeridas (20% del padrón electoral).

En ese sentido, la fracción opositora que impulsaba el mecanismo, compuesta por partidos minoritarios reunidos en el Movimiento Venezolano por el Revocatorio (Mover), incapaz de hacer la promoción adecuada para que la convocatoria tuviera éxito hizo un llamado a no participar ante la negativa del CNE de extender los plazos.

Muriendo en el intento

Inevitablemente la jornada se gestó, el CNE destinó los equipos para la recolección de firmas en días previos y sin embargo, muchos centros comenzaron el acopio de las manifestaciones de voluntades pasadas las 9 de la mañana, cuando estaba previsto a iniciar a las seis, impidiendo aún más dilatar la participación.

Más denuncias no tardaron en llegar, grupos afines al chavismo amparados bajo el escudo de “colectivos” se acercaban hasta los puntos para amedrentar a los firmantes y a la prensa que cubría el evento. Tales actos de hostigamiento fueron evidenciados a lo largo de la jornada por medios digitales, así como por el gremio de comunicadores.

Pero con todas las trabas, las calles frente a los centros lucían vacías sin movimiento. Incluso en sectores concurridos de la Capital, pocas personas se acercaban para apoyar la iniciativa. Y en el interior la escena no fue muy diferente. Estados como Miranda, Carabobo, Táchira y Zulia la afluencia era prácticamente nula.

Además el proceso no era muy eficaz, cada persona debía pasar por un punto donde se le solicitaban además de la cédula, todos los datos personales como dirección, número de cédula y de teléfono; algo evidentemente inusual y que causaba sospechas para quienes recordaban el fantasma de la solicitud de revocatorio al fallecido expresidente Hugo Chávez, por allá en 2003. En aquella oportunidad, se usaron los datos recogidos para discriminar entonces a los firmantes que trabajaban en la administración pública y removerlos de sus cargos: la engendra Lista Tascón.

Y es que el mismo vocero del partido chavista, Diosdado Cabello, alertó en días previos que solicitarían al CNE la lista de las personas firmantes, ya que a su juicio, “el presidente necesita saber quiénes lo quieren revocar”.

Sin revocatorio, ¿otros recursos?

En las últimas horas de la jornada, Mover anunció que acudirán al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) también al control del chavismo, para introducir un recurso de nulidad. Y aunque no confían en que el máximo tribunal del país sentencie un fallo que los beneficie, esperan que la acción sirva para recurrir a la Corte Penal Internacional.

La Carta Magna venezolana prevé que cualquier funcionario electo por voto popular puede ser removido de su cargo a través de un revocatorio, una vez cumplida la mitad de su período. No obstante, el proceso solo se puede realizar una vez, y en caso de no obtener la cantidad de firmas requeridas se ha agotado la única posibilidad de remover al funcionario antes de que cumpla su mandato.