Al menos seis personas murieron hoy en el condado nororiental keniano de Mandera, fronterizo con la vecina Somalia, después de que un autobús pisara un artefacto explosivo, en un ataque que la policía sospecha fue obra del grupo yihadista somalí Al Shabab.
“De momento, por las tácticas que han usado, sospechamos mucho que se trata de un ataque de Al Shabab”, dijo por vía telefónica a Efe el portavoz de la Policía keniana, Bruno Isohi Shioso.
“Ha sido un IED (siglas inglesas de artefacto explosivo improvisado) situado en la carretera que tenía como objetivo vehículos”, añadió Shioso, quien precisó que no ha habido de momento ninguna detención en relación con la explosión.
El matatu (nombre que reciben los autobuses colectivos kenianos) se encontraba de camino hacia la localidad homónima de Mandera.
Según el vocero, al menos siete personas fueron heridas -con diferentes grados de gravedad- y la Policía piensa que “el vehículo transportaba a más personas” pero no sabe cuantas.
Varias embajadas extranjeras en Kenia -tras el aviso inicial de la francesa- advirtieron la semana pasada de un posible ataque terrorista en la capital keniana, Nairobi.
“Hay una persistencia de amenazas graves contra ciudadanos occidentales en Kenia. Existe un riesgo real de apuntar a lugares públicos frecuentados por extranjeros (restaurantes, hoteles, lugares de ocio, centros comerciales, etc.), particularmente en Nairobi”, afirmó la embajada gala en un comunicado emitido el pasado jueves.
Seven passengers have been killed in a roadside bomb blast in #Kenya's North Eastern Province. pic.twitter.com/b8mmLGkglS
— MM Somali TV (@MMSomalitv) January 31, 2022
Desde octubre de 2011, cuando Kenia envió a su Ejército a Somalia como respuesta a una oleada de secuestros atribuidos a Al Shabab dentro su territorio, los radicales yihadistas han perpetrado numerosos ataques en suelo keniano.
El 15 de enero de 2019, el grupo golpeó la capital con un ataque contra el selecto hotel Dusit D2, perpetrado por un suicida y cuatro pistoleros que abrieron fuego a discreción asesinando a 21 personas.
Nairobi vivió otro ataque parecido en septiembre de 2013, cuando al menos cuatro terroristas de Al Shabab asaltaron el centro comercial Westgate, no lejos del Dusit D2.
En ese atentado murieron 67 personas durante los cuatro días que estuvieron atrincherados los terroristas dentro del edificio, asediados por las fuerzas de seguridad.
El ataque más grave de Al Shabab en suelo keniano tuvo lugar en abril de 2015, cuando 148 personas, la mayoría estudiantes, murieron en el asalto a la Universidad de Garissa (norte).
Recientemente, se han registrado diversos ataques perpetrados por presuntos miembros de Al Shabab en los condados del este y noreste de Kenia, fronterizos con Somalia, dejando alrededor de una decena de muertos.
Al Shabab, que se afilió a Al Qaeda en 2012, controla parte del territorio en el centro y el sur de Somalia y aspira a instaurar en el país un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).
Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.
EFE