El mayor festival de cine de Escandinavia, en Gotemburgo (Suecia), ofrece esta semana a sus espectadores asistir a las proyecciones después de 20 minutos de hipnosis, para estimular su experiencia.
“Hemos diseñado este cine hipnótico para experimentar en torno al visionado de un filme, para replantearnos nuestras ideas sobre la forma de mirar una película y ver cómo se ve afectada esa experiencia cuando miramos una película de forma diferente”, explicó Jonas Holmberg, director del festival de cine de Gotemburgo, en el suroeste de Suecia.
La primera sesión experimental tuvo lugar el domingo por la noche frente a un público limitado, a causa del covid-19, de unas decenas de telespectadores. Tras ser hipnotizados por Fredrik Praesto, asistieron a la proyección de “Land of Dreams”, de la directora irano-estadounidense Shirin Neshat.
Instalado en un escenario frente a una gran espiral hipnótica, el experto empezó con unos ejercicios físicos -como acercar las manos como si fueran imanes- antes de hacer girar una espiral y pedirle a los espectadores que cierren los ojos.
Tras un cuenta atrás de 20 segundos, los espectadores abrieron los ojos y vieron la película. Al final del filme, se realizó otra cuenta atrás de 10 segundos para romper la hipnosis.
Las sensaciones variaban entre una suerte de estupor y una concentración mucho mayor, contaron los voluntarios.
“Te quitas de encima todos los ruidos y distracciones y con el sonido entras realmente en el filme. Tal y como nos dijo: ‘toquen esto, sientan aquello, huelan el olor de eso”, explicó Jonna Blumborg, una joven espectadora.
El festival de cine de Gotemburgo suele proponer experiencias extraordinarias. El año pasado, para adaptarse a las reglas del covid, ofreció una semana de proyecciones para una sola persona, en el faro de una isla desierta. La seleccionada fue una enfermera que estaba agotada por la pandemia.
AFP