El soldado estadounidense Kyle Mullen, de 24 años, aspirante a convertirse en un Navy SEAL (la élite de los grupos de fuerzas especiales de Estados Unidos), murió este viernes horas después de completar una extenuante prueba física dentro de la denominada “semana infernal” o “hell week”. Un compañero suyo, cuyo nombre no ha sido revelado, tuvo que ser hospitalizado en condición estable a causa de una enfermedad desconocida. Ninguno de los dos soldados estaba participando activamente en pruebas físicas cuando comenzaron a sufrir síntomas, según informó la Marina de EEUU. No es la primera vez que un soldado sufre un accidente o muere durante las exigentes pruebas de entrenamiento para ingresar en los Navy SEAL.
Por: La Razón
La semana infernal o “hell week” en la que ha muerto Kyle Mullen es el momento culminante del denominado entrenamiento básico de demolición submarino (BUD/S, en sus iniciales inglesas), una de las pruebas más duras para quien quiere ingresar en el mismo cuerpo que llevó a cabo la operación en la que murió Osama Bin Laden. Durante cinco días y medio de entrenamiento, los aspirantes no pueden dormir más de cuatro horas y tienen que aguantar pruebas físicas extremas con frío y lluvia. En este tiempo llevan a cabo acciones submarinas y de supervivencia así como otras tácticas de combate. Esta prueba se realiza en la cuarta semana de formación, cuando los candidatos están siendo evaluados y esperan ser seleccionados para recibir entrenamiento dentro del Comando de Guerra Especial Naval.
¿Por qué estás pruebas son tan duras? Antes de realizar una gran inversión de dinero en los futuros soldados de élite, el Ejército de EEUU quiere examinar la resistencia física, la fortaleza mental, la tolerancia al dolor y al frío de los candidatos, así como su trabajo en equipo, la actitud y su capacidad para realizar el trabajo sometidos a un alto estrés físico y mental, todo ello unido a la falta de sueño. En muchas ocasiones se incluye durante este proceso la noche infernal o “hell night”, que consiste en 24 horas de brutales ejercicios con combates mano a mano, peleas con machetes y misiones fluviales nocturnas.
Solo el 25 % de los candidatos logran pasar la “hell week”, considerada el entrenamiento más duro en las Fuerzas Armadas de EEUU. Los psicólogos aseguran que aquellos que superan con éxito este desafío no son necesariamente los más fuertes o los que a priori presentan unas condiciones físicas sobresalientes, sino quienes manifiestan un deseo mayor de pertenecer a este cuerpo de élite.
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Murió aspirante a comando Seal durante su entrenamiento en la terrible “Semana del Infierno”