Los jefes criminales que controlan las prisiones y las megabandas entraron en el negocio de la pelota y se mueven con la versatilidad de un utility en el diamante.
Por: Connectas
CONNECTAS y ARI visitaron más de 25 academias de beisbol en 5 estados del país para esta investigación e identificaron cómo el crimen organizado oscurece el proceso de firmas de los prospectos venezolanos con los equipos de Estados Unidos.
El asesinato de un entrenador, el atentado al dueño de una academia de beisbol, videos con amenzas de hombres armados y una decena de extorsiones —en distintas modalidades— a empresarios y figuras ligadas a la pelota son algunas de las manifestaciones de la presencia de los pranes en el terreno
Los equipos de las Grandes Ligas comenzaron a abandonar el país
Para 2015 solo quedaban 4 de las 22 granjas que funcionaron en Venezuela. Este vacío lo llenaron las academias privadas. El experimento floreció tanto que un nuevo “socio” quiso “invertir”: el Tren de Aragua, la megabanda que opera desde la prisión de Tocorón.
“Todas las academias de beisbol aquí, en Aragua, les pagan un porcentaje a los ‘pranes’ de Tocorón. Al que no paga, lo matan”, aseguró, sin dudar, un funcionario de la policía judicial de Venezuela, que pidió no citar su nombre.
No era una exageración. Sacó su teléfono celular y comenzó a leer: “José Luis Alviarez Alecio, preparador físico, cédula de identidad 17.275.699, barrio San Rafael, calle José Ramos, parroquia Pedro José Ovalles, 10/7/2020, 2:00 p. m. Se negó a pagar una extorsión y lo mandaron a matar”.
Alviarez Alecio, conocido como “Tito”, era entrenador deportivo y vivía en un sector popular de Maracay, capital del estado Aragua, ubicado en el centro del país, a 121 kilómetros de Caracas. Se encargaba de formar a varios adolescentes, considerados talentos para llegar a Grandes Ligas, en una improvisada y modesta academia de beisbol que funcionaba en el estadio José Casanova Godoy.
Tito tenía una novia nueva y estaba a punto de firmar a su primer prospecto. Cuando creía que había llegado el día de su suerte, el Tren de Aragua se atravesó en su camino.
“Los pranes se enteraron de que iban a firmar a uno de los prospectos que entrenaba Alviarez Alecio. Como el preparador físico no quería pagarles un porcentaje, mandaron a dos chamos (jóvenes) a hacer el trabajo (sicariato). La moto y las armas que utilizaron los asesinos habían salido de la prisión de Tocorón (como se conoce al Centro Penitenciario de Aragua)”, continuó su relató el oficial, con base en la minuta policial que tenía en su móvil.
“Hay acuerdos entre los pranes y las academias. Estas deben pagar entre 3 % y 10 % por cada chamo que firma”, dijo el funcionario.
En Venezuela, el beisbol es considerado el deporte nacional. “Unos 6 millones de niños lo practican, es una cifra muy alta”, dijo Aracelis León, presidenta de la Federación Venezolana de Beisbol (FVB), sobre el dato que es similar a la cantidad de niños escolarizados en la nación.
Además de llenar al país de glorias deportivas como Alfonso “Chico” Carrasquel, Andrés Galarraga, Oswaldo Guillén o José Altuve, esta actividad se convirtió en un mecanismo de ascenso social, un pasaporte para salir de la pobreza y un negocio millonario que no para de crecer.
“Hoy en día este es el negocio (las academias y firmas) más lucrativo que hay en Venezuela. Pero también se gasta”, afirmó uno de los encargados de la academia Carlos Alfonso Guillén, una de las más lujosas y exitosas. Pertenece al exgrandeliga del mismo nombre, quien fue presidente del equipo profesional Tigres de Aragua y director del Instituto Regional de Deportes de la gobernación de Aragua.
La cantidad de prospectos criollos que reciben bonos millonarios se multiplicó por cuatro en solo seis años. De 3 peloteros firmados por más de US$1 millón en 2015, pasó a 16 en 2022. En 2020 no hubo firmas por la pandemia. El 2021 fue el año con más rúbricas de siete cifras, con 14 casos. El 2022 ha sido el año con más rúbricas de siete cifras, con 16 casos.
Entre el 2 de julio de 2015 y el 15 de enero de 2022, unos 69 jóvenes venezolanos firmaron por más de US$1 millón con alguno de los 30 equipos de la Major League Baseball (MLB) en Estados Unidos, mientras que más de 2.000 —un promedio de 350 por año— han pactado por montos que van de 10.000 a 990.000 dólares. El récord del bono más elevado para un venezolano lo tiene Kevín Maitán, quien recibió US$4,2 millones en 2016.
Alviarez Alecio también le había apostado al beisbol. Como entrenador, agente y encargado de una sencilla academia sabía que podía quedarse con 40 % o 50 % del bono en dólares que lograra su pupilo. Una docena de expertos, empleados de academias y madres de algunos prospectos entrevistados para esta investigación aseguran que estos son los porcentajes que exigen las academias, lo que les compensa una inversión aproximada de US$10.000 anuales por cada talento.
La prometida firma de uno de sus prospectos se concretó finalmente en 2021, pues en 2020 no hubo firmas por la pandemia de COVID-19, y el proceso fue atrasado hasta el 15 de enero del año siguiente.
El pelotero solo recibió US$10.000, no entró en la élite de los millonarios, y —según la página de Minor League Baseball (MiLB)— está en la Dominican Summer League (DSL) o Liga de Verano en República Dominicana, primer peldaño en la ruta a las Grandes Ligas.
Tito fue asesinado mucho antes de que pudiera tocar los US$4.000 o US$5.000 que le correspondían. El 10 de julio de 2020, a las 2:00 p. m., recibió una llamada y salió a la puerta de su humilde vivienda a medio construir. Afuera lo esperaban dos sicarios que, después de dispararle en varias ocasiones, tomaron su celular y huyeron.
El análisis de telefonía hecho por los investigadores del homicidio arrojó que la última llamada que recibió Alviarez Alecio era de Jesús Eduardo Ramos Fragachán, alias “Loro”, un miembro del Tren de Aragua, la organización criminal que se expandió a 11 estados de Venezuela y 7 países de América Latina.
“Este hombre (Ramos Fragachán) era uno de los encargados de cobrar las extorsiones y se encontraba en Ureña (en la frontera de Táchira con Colombia). Desde allá amenazó al preparador físico y le exigió un pago por la firma del pelotero, aunque esta no se había hecho todavía. Hay acuerdos entre los pranes y las academias. Estas deben pagar entre 3 % y 10 % por cada chamo que firma”, dijo el funcionario policial.
Ramos Fragachán fue detenido en Ecuador a finales de 2020 por extorsionar a comerciantes, transportistas y migrantes venezolanos en la población fronteriza de Tulcán. Lideraba a un grupo de supuestos miembros del Tren de Aragua que presuntamente constituyó una célula de esta organización criminal en ese país. Finalmente fue acusado por asociación ilícita y sentenciado a un año de prisión, luego de aceptar los cargos. Fue liberado antes de cumplir la condena, debido a la crisis del sistema de prisiones ecuatoriano. Se desconoce su paradero actual. Su nombre no está entre las alertas de personas buscadas por Interpol. Su deuda con la justicia venezolana por el homicidio del entrenador sigue pendiente.
Los dos autores materiales del asesinato de Tito murieron en presuntos enfrentamientos con cuerpos de seguridad, ocurridos en momentos diferentes.
Un familiar del entrenador identificó a uno de los homicidas como “una persona de un barrio vinculado a la cárcel (controlado desde Tocorón)”. Sin embargo, dijo desconocer la relación entre el asesinato de Alviarez Alecio y la firma del prospecto. “Nosotros no sabemos. Se dijo que fue por una mujer”, agregó citando la versión inicial publicada en la prensa.
Pero un vecino, que acompañaba a la familia de Tito, sí recordó el episodio de la firma. Dijo el nombre del prospecto (que no se menciona en esta investigación por su seguridad) y del equipo que lo firmó.
Después del asesinato del entrenador, el estadio José Casanova Godoy fue intervenido por el consejo comunal (una instancia de regulación vecinal promovida por el Gobierno), contó uno de los encargados de la instalación deportiva, que no supo explicar cuál fue la razón.
Con relación a ese caso, Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) y experto en esa temática, analizó la jugada de los pranes e identificó una primera modalidad de extorsión.
“Cuando los pranes exigen un porcentaje sobre la firma de cada pelotero están entrando en una nueva modalidad de negocios. Estos grupos empiezan a incursionar en modalidades más sofisticadas. Si te va bien, yo quiero una parte de ese negocio. Un pedazo de la torta”, explicó el experto.
Los pranes, en su mayoría ligados a las megabandas, lideran organizaciones de crimen organizado. El Tren de Aragua en particular ha diversificado su portafolio criminal en una veintena de actividades, y ha incursionado en el delito transnacional. La expareja de uno de los pranes de esta organización dijo, en conversación telefónica, que los jefes de la prisión “están muy atentos del que es firmado”, porque ellos se quedan con un porcentaje y lo usan “para ayudar a las academias de bajos recursos”, agregó. La pregunta es: ¿cuáles son y de quién son esas academias humildes?.
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