El venezolano Miguel Hest llegó a Madrid, España, hace seis años, donde fundó su propio estudio, «Opera Tattoo Theater». Actualmente, su trabajo es reconocido en el país europeo, mientras se expande hacia otros países del mundo.
Su gusto por los graffitis lo llevó a explorar el mundo del tatuaje, en el que parte de sus conocimientos adquiridos se los debe a la plataforma de YouTube. De sus inicios, recuerda lo cuesta arriba que resultó ganarse un espacio en Venezuela, pero, sobre todo, la aceptación del oficio en el círculo familiar. En Caracas, su arte lo dio a conocer cuando iba de casa en casa, sin embargo, su aspiración iba más allá de eso: crecer y formalizar lo que tanto le apasiona.
Un nuevo comienzo en Madrid…
A su llegada, sus primeros años fueron de «trabajo arduo», tal como lo recuerda. Eso implicaba darse a conocer, ganarse el respeto hacia su arte y fundar su propio estudio, hasta que lo logró. De allí, nació «Opera Tattoo Theater», un lugar que ha recibido a muchos tatuadores venezolanos y de otras nacionalidades, en el que han podido crecer como artistas. «Una de las cosas que suelo hacer —para ganarme la confianza de quienes desean tatuarse conmigo— es conversar con ellos de manera cercana, que me cuenten sus ideas y así darle forma a lo que tienen en mente. Es un diseño que quedará plasmado para toda la vida, pero, a veces, no saben qué quieren trasmitir exactamente», relató el joven de veintisiete años.
En cuanto a su estilo en la industria, ha ido evolucionando. Las primeras experiencias en diseños estuvieron basadas en letras y frases; hoy día, se dedica al realismo. Rostros, animales y paisajes son unas de sus especialidades, en los que los tonos blancos y negros predominan.
Por otro lado, @miguelhest asegura que las metas son seguir perfeccionando y extendiendo la labor que con mucho esfuerzo comenzó. En comparación con otros colegas que han fundado su propio estudio, no tiene planes de crear sucursales en otros países, sino mantener el que ya creó.
Nota de prensa