“¿Hay algún muerto hoy en casa?”: testimonios de la histórica masacre de ucranianos que Rusia se niega a reconocer

“¿Hay algún muerto hoy en casa?”: testimonios de la histórica masacre de ucranianos que Rusia se niega a reconocer

Personas muertas de hambre en las calles de Jarkov, Ucrania, en 1933
Alexander Wienerberger

 

 

 





“¿Hay algún muerto hoy en esta casa para llevar?”. A sus 94 años, Mykola Latyshko todavía sigue impactado por la frase que escuchaba todos los días a través de la ventana de su vivienda en Kherson, Ucrania, cuando tenía apenas 6 años, y el carro funerario recorría la ciudad cargando cadáveres de quienes morían cada día por la hambruna.

Por La Nación

“Rusia puso en práctica el plan del Holodomor [”matar de hambre”, en idioma ucraniano] y lo aplicó en exceso, destruyendo las vidas de entre 7 y 10 millones de campesinos inocentes tras la liquidación de la intelectualidad, el clero y los activistas culturales ucranianos. ¿Cuántas lecciones más necesitamos? Históricamente Rusia quiere impedir que el pueblo ucraniano viva en libertad”, dijo Latyshko desde Toronto, Canadá, donde vive actualmente.

El número de víctimas de la hambruna (1932-1933) es totalmente incierto porque no quedó ningún registro, y puede variar, según la fuente. Existe además un gran debate sobre si se trató de un hecho fortuito por una amplia sequía, o un “genocidio”, como lo reconocen ya 15 países.

A diferencia del Holocausto judío, que fue investigado inmediatamente después de la caída del nazismo, el Holodomor es un concepto relativamente reciente, que comenzó a ser más conocido internacionalmente tras la desintegración de la Unión Soviética y la independencia de Ucrania en 1991. E incluso ahora Rusia sigue negando que se haya tratado de un plan organizado desde Moscú. La vocera del Kremlin, Maria Zakharova, sostiene que la versión del “genocidio” de ucranianos ”contradice los hechos históricos”. Según ella, la hambruna fue el resultado de una “sequía severa y una colectivización agrícola forzosa” que “golpeó a Ucrania pero también a Bielorrusia, Kazajistán, la región del Volga, el Cáucaso del Norte, Siberia Occidental y los Urales del Sur”.

Sin embargo, al menos dos hechos ponen en duda la versión rusa. Mientras, según los datos del censo, la población de la Unión Soviética tuvo un crecimiento vegetativo de un 16% entre 1926 y 1939 (la de Rusia creció un 28% y la de Bielorrusia, 11%) solo la de Ucrania disminuyó un 10%. En segundo lugar, la producción agrícola ucraniana de los dos años de la hambruna fue más que suficiente para evitar la catástrofe. De hecho, aunque la cifra fue inferior a otros años, en 1932 Ucrania exportó 1,72 millones de toneladas de granos y al año siguiente 1,68 millones de toneladas.

“Pero todo lo que producían los campos de nuestras familias teníamos que entregarlo a las autoridades”, señaló Latyshko. “Incluso la policía entraba en las casas y requisaba los alimentos que encontraba escondidos”, agregó.

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