Sobreprecios, maniobras de lavado de dinero, facturas apócrifas, personal simulado, gastos inexistentes. Todos esos planteos confluyeron en la declaración de Jaime Mecikovsky en el juicio contra Cristina Kirchner por la presunta corrupción en la obra pública. El ex funcionario de la AFIP, que fiscalizó compañías de Lázaro Báez, explicó ante el jurado este martes las maniobras de simulación de compras y gastos mientras sus empresas del Grupo Austral tenían como único ingreso los fondos provenientes de la obra pública vial. El testimonio de Mecikovsky, uno de los más duros golpes para la defensa de la vicepresidenta, devolvió al juicio al eje de la acusación.
Por Clarín
El negocio hotelero de la familia Kirchner está vinculado a Báez. Para que la familia de la vicepresidenta pudiera adquirir los hoteles entre 2005 y 2009, hubo más de 15 operaciones inmobiliarias con terrenos y propiedades entre ellos y el dueño del Grupo Austral. Esta liquidez les permitió comprar el hotel Las Dunas por 700.000 dólares y el Alto Calafate por 4.900.000 dólares.
Como paso siguiente, se creó la firma Valle Mitre, de Báez, con el fin de administrar los hoteles. Como esa firma no tenía capacidad económica para pagar el alquiler de Hotesur, le inyectaba dinero Austral Construcciones, principal contratista de la obra pública vial en Santa Cruz. La empresa que administró los hoteles de los Kirchner registró ingresos por pagos de la constructora entre 2007 y 2015 por casi 71 millones de pesos.
Según la acusación en el juicio, el círculo se cerraba con el ingreso de fondos al patrimonio de los Kirchner. Entre 2009 y julio de 2013, Báez le pagó 27.592.110 pesos por alquileres a Hotesur SA. La cifra es importante, pero más la proporción que guarda en el total de los ingresos de la empresa familiar. El 54% de los ingresos del hotel Alto Calafate provinieron del Grupo Austral.
El de la corrupción en la obra pública vial de Santa Cruz es hasta ahora el único juicio que Cristina Kirchner tiene en desarrollo. En la audiencia del martes, y durante nueve horas, declaró Jaime Mecikovsky, quien ante la consulta de la defensa de Carlos Kirchner (ex funcionario de Planificación Federal y primo político de la vice), se explayó con explicaciones que derivaron en un planteo no buscado por los abogados que lo habían interrogado.
Para entonces, el ex funcionario de la AFIP ya había hablado sobre cómo Báez se valió de una usina de facturas apócrifas, a través de la cual intentó justificar más de 500 millones de pesos de facturación de la firma Gotti. Mecikovsky simplificó su explicación con una frase demoledora para los acusados: “las acciones de la empresa son las que terminaron reconociendo que ese dinero provenía del presupuesto de la obra pública”.
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