Testimonio: qué aprende un chavista cuando se aleja del Psuv por legítimo arrepentimiento

Testimonio: qué aprende un chavista cuando se aleja del Psuv por legítimo arrepentimiento

AME1034. CARACAS (VENEZUELA), 05/03/2020.- Fotografía del 2 de marzo de 2020 que muestra un mural en honor al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, en Caracas (Venezuela). La figura de Hugo Chávez, fallecido tal día como hoy hace siete años, inunda cada rincón de Venezuela en forma de pintura, mural, pancarta o canción. Pero el paso del tiempo desafina las notas y difumina la mirada del líder latinoamericano en esos retratos que, hasta hace poco, se mantenían intactos, casi nuevos. El carismático Chávez, que presidió el país desde 1999 (con el Movimiento Quinta República hasta la fundación del Partido Socialista Unido de Venezuela -PSUV- en 2007) hasta su muerte, dejó grabado a fuego el legado socialista, cuyo testigo tomó el actual mandatario, Nicolás Maduro, avalado por el movimiento al que dio nombre su antecesor: el chavismo. EFE/ Miguel Gutiérrez

 

 

 

“Pensé que él era el hombre ideal y fui engañada… me siento muy mal porque no tuve la capacidad de analizar que ese hombre era tan diabólico”, fueron las palabras de Patricia Molina (*), al referirse al fallecido Hugo Chávez y su llegada al poder en el año 1999.

lapatilla.com

Patricia Molina es una docente jubilada varguense de 59 años que creyó en el “proyecto” presidencial bajo la manga de Chávez y durante varios años le brindó su apoyo sin saber que detrás de la propuesta de “igualdad social” se gestaba una dictadura que acabaría con la calidad de vida de todos los venezolanos.

Así como muchos, Patricia se decepcionó al ver los resultados de aquellas acciones del chavismo que, en lugar de mejorar la situación, sumió a Venezuela en la peor crisis de su historia, en la que los ciudadanos pasan “las de Caín” ante la carencia de servicios públicos óptimos, seguridad, medicinas, salarios dignos y “pare usted de contar“.

 

Una vivienda sin luz en el sur del estado Bolívar | Foto Wiliam Urdaneta / Correo del Caroní

 

En exclusiva para lapatilla.com, Patricia comentó que las contradicciones dentro del seno de la “revolución”, además de las fallas en el área económica, social y política, la hicieron tomar la decisión de retirar su apoyo a todos los movimientos del régimen y alejarse del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) en el año 2013. “Sus errores e incapacidades no podían ignorarse y mi sentido de responsabilidad no podía obviar lo que estaba a la vista”, sentenció y al mismo tiempo recalcó que su determinación la llevó a no asistir a ninguna actividad que tuviera algún tinte político de color rojo en ninguna de sus aristas.

“Ni chavista, ni madurista”

“El chavismo es igual al madurismo. No quiero saber nada de socialismo, ni de revolución, ni de izquierda”, aseguró. A su juicio, el estado de destrucción en el que se encuentra el país y su gente es la mejor enseñanza de lo que es el chavismo-madurismo. “Este modelo político puso a la gente a pensar con el estómago”.

Y es que desde la llegada del chavismo al poder, la Venezuela que se conocía por ser uno de los países de mayor desarrollo económico, pasó a ser la segunda nación más pobre de América, a pesar de contar con la mayor reserva petrolera del mundo.

Incluso, a partir de 1945 y durante más de 30 años, la economía del país experimentó un fuerte crecimiento trayendo como consecuencia que muchas personas de diferentes partes del mundo se instalaran en suelo venezolano durante las décadas de los años 50, 60 y 70.

Sin embargo, durante los últimos 20 años, el mundo ha recibido a millones de venezolanos que huyen de la dictadura chavista. Estos migrantes han buscado escapar de un país destruido en su totalidad. “El modelo aplicado es lo que ha llevado al país a esta tragedia, en la que hasta la naturaleza está sufriendo”, recordó Patricia y además manifestó que un cambio de presidente no sería suficiente para acabar con la crisis que arropa a Venezuela. Para ella, el fin del peor capítulo que ha vivido el país, comienza con la salida de Maduro y un cambio de modelo político.

 

Jonathan Morales y Daliana Loyo huyeron de la crisis en Venezuela. | Foto: The Wall Street Journal / Oscar B. Castillo

 

“Este modelo está apartado de los valores y la ética. Las cosas se deben obtener con trabajo, valores y capacidad. No esperando el regalo del gobierno”, dijo.

Un adiós al chavismo

La descomposición social y las carencias de los niños y adolescentes al tener una vida sin futuro bajo la sombra roja del régimen fueron (y siguen siendo) las principales preocupaciones de esta venezolana. “Como docente jubilada, los veo sin educación, sin estabilidad social y pienso que lo más difícil de recuperar en el país son los valores”, lamentó Molina. Considera que una juventud sin educación, sin valores y en terribles condiciones como las actuales, requiere de atención y la despedida del régimen para poder emerger.

Y no solo se deben rescatar los valores en la sociedad venezolana, la confianza de la gente también es un punto a trabajar, pues se ha perdido gracias a las acciones de todos los protagonistas políticos. “Hay que hacer las cosas sin interés personal. Decirle a la gente que sí hay personas que luchan de corazón por amor y lealtad al pueblo”.

En esta entrevista, el equipo de lapatilla.com pudo conocer de primera mano las razones que llevaron a esta profesional de la educación a abandonar al proyecto representado por Hugo Chávez y llevado a cabo durante los últimos años por Nicolás Maduro.

 

Desde que llegó Hugo Chávez al poder, el estado de Barinas siempre estuvo gobernado por alguien de su familia

 

“Debo decir que durante los primeros años pensé que Chávez era el hombre que iba a cambiar para bien al país. Que era el hombre que amaba a Venezuela”, recordó con verdadero arrepentimiento.

La docente también confesó que mientras estuvo en el Psuv, siempre le dio su voto al chavismo, “aunque no estaba de acuerdo con muchas cosas”.

Durante los inicios de Chávez en la presidencia, Molina asumió que “su verbo iba con su acción y que su amor por el país era verdadero, que lo sentía de corazón”, pero se equivocó. Chávez trabajó bajo una estrategia política, la cual se trataba de “decirle al pueblo lo que el pueblo quería escuchar” y no buscó mejorar la economía del país, sino la propia y de su familia.

Molina pensó que una administración liderada por él sería diferente a los últimos gobiernos de Venezuela. “Chávez nos hizo creer que teníamos derecho a opinar para luego llevarnos a lo que estamos ahorita: Votamos, pero no elegimos; hablamos, pero no somos tomados en cuenta”. 

“No cometan el mismo error”

Definitivamente Chávez tuvo visión para atrapar a la sociedad con su discurso y logró convencer a muchísima gente, que hoy en día está arrepentida como Patricia, y, aunque en algún momento se sintió rechazada por haber pertenecido al chavismo, actualmente, tras nueve años en las filas de la oposición, ha trabajado de mano con el Frente Amplio Venezuela Libre y el Frente de Mujeres por Vargas dedicándose a la concienciación de las personas sobre el doble discurso que mantiene el régimen de Maduro. “Él dice ser el presidente obrero y tiene a los venezolanos comiendo de la basura, sin medicinas, sin seguridad y sin servicios públicos”.

 

Venezolanos comiendo de la basura (Foto: Cristhoferson Zamora)

 

Tras una fachada de “socialismo”, el régimen ha llevado a Venezuela a vivir la peor crisis económica, política, social y sanitaria. Y la situación venezolana no solo gira en torno a estos aspectos, sino que la destrucción de los poderes del país ha provocado un grado de corrupción nunca antes visto por la sociedad, pues todos son dirigidos por los altos mandos del Psuv: Maduro y sus allegados.

Nuestra entrevistada reconoció que, aunque anteriormente recibía muchas críticas por su tendencia política, en la actualidad su concienciación se basa en que “se vean en mi espejo. Estuve tanto tiempo engañada, hasta que abrí los ojos y la verdad me siento bien conmigo”.

Reveló que recibía críticas constantemente de su propia familia por su apoyo a la dictadura chavista, algunos de sus colegas no entendían cómo ella, una persona intelectual, podía formar parte del Psuv. “Ellos conocían mi lucha y no entendían por qué yo continuaba ahí”. Pero así como “todo tiene su final”, el amor y el respeto por el círculo chavista también se acabó y nació una nueva luchadora social en pro de la democracia y la libertad de Venezuela.

El “legado de Chávez” basado en la destrucción de cada aspecto del país sumó adversarios en su contra. Un chavista que se siente engañado, es ahora un opositor que lucha por la salida del régimen.

(*) El nombre de la entrevistada fue modificado para evitar represalias del régimen en su contra.

 

 

 

 

Exit mobile version