Cierre de los espacios aéreos, congelamiento de activos de personalidades o empresas, vínculos financieros o comerciales impugnados: desde el comienzo de las hostilidades en Ucrania, los países occidentales han incrementado sus sanciones económicas contra Vladimir Putin, sus allegados y la economía rusa.
– El sector financiero –
Es el privilegiado por Occidente, con el objetivo de limitar su capacidad de financiación de la guerra.
Para esto, Estados Unidos y la Unión Europea (UE), seguidos por otros países, optaron por apuntar en forma directa al Banco Central ruso, prohibiendo toda transacción con esa institución e inmovilizando sus activos en divisas extranjeras. Consecuencia: el rublo se encuentra en caída libre frente al dólar. En Rusia, las colas se prolongan ante los bancos en un intento de retirar divisas, en un intento del pùblico de limitar sus pérdidas.
Otro golpe severo fue la exclusión de los más importantes bancos del sistema SWIFT, un dispositivo esencial para las finanzas globales al comunicar transacciones en forma rápida y segura.
Por su parte, Londres apuntó al Fondo soberano Ruso (RDIF), listándolo entre las entidades objeto de sanciones, algo que la UE podría imitar próximamente.
Muy inquieto por las sanciones, el mayor banco ruso, Sberbank, anunció este miércoles que se retira del mercado europeo.
Los emisores estadounidenses de tarjetas de crédito Visa, Mastercard y American Express anunciaron que, en aplicación de las sanciones, han tomado medidas para evitar que bancos rusos utilicen sus redes.
– Los transportes –
Tras la UE, Reino Unido y Canadá, Estados Unidos prohibirá el sobrevuelo de aviones rusos limitando todavía más la operatividad de la compañía Aeroflot. Rusia ha aplicado reciprocidad a las aerolíneas de todos estos países, lo que obliga a las compañías europeas a revisar sus rutas con destino en Asia.
De una manera más amplia, el blanco es todo el sector aeronáutico: la UE y Canadá prohibieron la exportación hacia Rusia de aviones, repuestos y equipamientos para la industria aeronáutica y espacial.
El transporte marítimo no es la excepción: el Reino Unido ya ha cerrado todos sus puertos a los buques con pabellón ruso, pero también a aquellos fletados por o que son propiedad de rusos. Los armadores Maersk, CMA CGM, Hapag Lloyd y MSC anunciaron que suspenderán la entrega de mercancías en puertos rusos.
El fabricante de camiones sueco Volvo Group anunció el lunes la interrupción de la producción de su línea de montaje en Rusia, así como la venta de sus productos a dicho país. Y, Daimler Truck suspendió “hasta nueva orden” sus actividades en Rusia.
– La energía –
Gazprom, el gigante ruso gasífero, es uno de los grupos que ya no tiene posibilidades de recaudar fondos en los mercados financieros occidentales.
Otra decisión simbólica, la suspensión del gasoducto ‘Nord Stream 2’, que iba a aumentar el bombeo de gas ruso hacia Alemania. La empresa que lo administra además se ha declarado en quiebra.
No obstante, atacar de manera directa al sector energético ruso se revela más complicado para los occidentales, sobre todo para los europeos que continúan dependiendo en gran medida del gas ruso.
– La industria –
El viernes, Japón anunció que sancionaría la exportación de semiconductores y otros artículos tecnológicos a “organizaciones rusas vinculadas con el ejército”, sin brindar más detalles.
Japón es, junto con Corea del Sur y Taiwán, uno de los mayores fabricantes de estos componentes electrónicos imprescindibles para una amplia gama de productos.
Estados Unidos ya había anunciado sus restricciones a la utilización por parte de Rusia de su tecnología en varios sectores, lo que incluye a los procesadores y chips electrónicos de Nvidia, Intel o Qualcomm.
– Medios de comunicación –
El martes, la UE decidió prohibir en su territorio las emisiones de los medios estatales rusos como RT y Sputnik, cualquiera sea su formato, radio, televisión o internet.
Facebook (Meta), y YouTube (Google) anunciaron haber decidido bloquear las publicaciones de dichos medios en Europa. De una manera más general, Google anunció que suspendió la posibilidad a los medios financiados por el Estado ruso de generar dinero en sus plataformas.
– Personalidades –
Varias personalidades rusas ya habían sido afectadas por las sanciones europeas y estadounidenses tras la anexión de la península de Crimea, en 2014, pero se han extendido a un mayor número de dirigentes comenzando por Vladimir Putin, su primer ministro Mijáil Mishustin y su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.
La UE anunció que también las aplicará a 23 personalidades “de máximo nivel”, así como a 351 miembros de la Duma (parlamento ruso), así como a varios magnates.
Estados Unidos, Canadá, Suiza y Australia tomaron también medidas similares, pero dicho listado puede variar de un país a otro, con excepción del círculo más cercano a Putin.