Tras la gran crisis financiera de 2008 parecía que el vocablo “inflación” había quedado desterrado de los manuales de economía en los países ricos. Sin embargo, la recuperación de la crisis pandémicas ha venido acompañada de subidas generalizadas de precios en todo el mundo, disparando la inflación a niveles no vistos en los últimos 30 años.
Por 20minutos
Este contexto ha desempolvado viejos conceptos económicos que se creían enterrados desde hacía años. Y uno de ellos es la estanflación. Este término se popularizó durante los años 70 para describir un acontecimiento que no se había vivido antes en la historia de la economía: un estancamiento económico mezclado con un paro y una inflación muy elevados.
La situación resultaba sorprendente, porque lo normal cuando una economía entra en una recesión es que los precios bajen, no que sigan subiendo. Y en los 70 ocurrió todo lo contrario. El problema resultaba especialmente grave porque el arma más potente para combatir las recesiones -bajar los tipos de interés- no servía en este caso.
Cuando se reducen los tipos, tomar dinero prestado resulta más barato. Los bancos conceden créditos a mejor precio, las empresas encuentran incentivos para invertir y la economía vuelve a crecer. Sin embargo, esta herramienta tiene un efecto colateral y es que eleva los precios. Por ello, en una situación de estanflación no se podía recurrir a bajadas de tipos, pues solo agravaría aún más la situación de elevada inflación.
El origen del concepto se le atribuye a Iain Macleod, un político conservador británico que usó esta palabra en un discurso en el Parlamento para describir los problemas que afrontaba la economía del país a finales de los 60. En aquel momento el Reino Unido registraba altas tasas de inflación y un fuerte estancamiento, algo que -para Macleod- recogía “lo peor de los dos mundos”.
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