Una residente de Kiev, capital de Ucrania, estaba fumando en el balcón de su casa cuando escuchó el ruido de un motor. Pensó que era extraño, pensó que podía ser un cuervo, pero se desesperó incluso cuando se dio cuenta de que se trataba de un dron, probablemente ruso. No lo pensó dos veces: agarró un frasco de tomates que tenía a mano y se lo tiró.
Por: Clarín
“Tenía miedo. ¿Qué pasa si me empiezan a disparar?”, justificó la mujer al canal de televisión Canal 5.
La residente de Kiev fue llamada Elena por la tv local, un nombre ficticio creado para proteger la identidad de la ucraniana, explicó el informe.
In Kyiv a woman knocked down a Russian drone from a balcony with a jar of cucumbers. How did they expect to occupy this country?
— Liubov Tsybulska (@TsybulskaLiubov) March 5, 2022
La historia fue compartida el sábado en Twitter por la jefa del Centro de Comunicaciones Estratégicas y Seguridad de la Información Lyubov Tsybulskaya. Es especialista en detectar fake news y concedió entrevistas a la prensa local sobre las mentiras contadas desde el inicio de la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas.
En su tuit inicial la experta dijo que se trataba de un frasco de pepinos, pero la residente la corrigió.
— Liubov Tsybulska (@TsybulskaLiubov) March 5, 2022
“Qué lástima por esos tomates… No sé de dónde salieron las historias sobre los pepinos”, dijo la mujer al canal ucraniano.
Este lunes Lyubov volvió al tema para contar que la historia era cierta.
“Actualicen, amigos. Nuestros medios encontraron a esa señora. La historia está probada. Con una pequeña corrección: eran TOMATES EN ESCABECHE”.
Update, everyone. Our media found that lady. The story is proved. With a small correction: it was pickled TOMATOES. pic.twitter.com/UV5mqAEWLQ
— Liubov Tsybulska (@TsybulskaLiubov) March 7, 2022
La supuesta Elena dijo a los periodistas que cree que el dron estaba asaltando las casas de los residentes y que probablemente sería utilizado por saqueadores que buscaban departamentos abandonados en Ucrania.
También dijo que se niega a salir de su residencia, aun a riesgo de ser víctima de ataques rusos. “No me iré a ninguna parte. Esta es mi casa, mi tierra. Voy a pararme y luchar”.