Medios prorrusos informan de que el francotirador canadiense Olivier Lavigne-Ortiz (“Wali”), veterano de Afganistán, Siria e Irak, fue “liquidado” en Mariupol. Inmediatamente, medios ucranianos han desmentido la noticia: “es dudoso, por no decir imposible que pudiera haber estado en Mariupol. Además, está operativo y ya tiene 11 bajas confirmadas”.
Por La Razón
“Wali” se ha convertido, desde que se tuvo noticia de su decisión de alistarse a la Legión Extranjera de Ucrania, es un icono, al que el ejército invasor quiere matar a toda costa.
La presencia, cada día mayor, de extranjeros en las tropas de Kiev, irrita sobremanera a Moscú y, en particular, a Vladimiro Putin, que contempla con preocupación que la “guerra relámpago” que le prometieron sus servicios secretos (a los que ha comenzado a depurar), se ha convertido en un conflicto que lleva camino de convertirse en una guerra de guerrillas y en la que sus soldados, algunos de ellos reclutas sin experiencia, tienen que combatir en zonas urbanas, para lo que no están entrenados.
No tardará en conocerse la verdad sobre “Wali” ya que se comunica habitualmente con algunos medios canadienses. Lo que no han aclarado los ucranianos si entre las bajas que ya ha logrado está alguno de los generales rusos muertos en combate, tres a los que habría que añadir un cuarto sin confirmar.
Llama la atención que Moscú reconozca una cifra de bajas muy pequeña, medio millar la última facilitada, entre los que habría que incluir a los tres generales. raro ejército que pierde tantos altos mandos frente a un número “reducido” de soldados y oficiales. Algo no cuadra.
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