El comandante Mamuka Mamulashvili peleó tantas veces contra las tropas rusas que para él sus movimientos no tienen secretos. Adivinó la gravedad del conflicto que se desataría tras la escalada separatista de 2014. Y entrevió también que Vladimir Putin lanzaría una invasión sobre el resto del país desde un mes antes de que se produjera.
Por La Nacion
Nacido en Georgia, una exrepública soviética que sufrió dos intervenciones militares rusas -a principios de la década de 1990 y luego en 2008-, Mamulashvili luchó en ambas y fue incluso capturado por las fuerzas enemigas en la segunda, y más cruenta, invasión del Ejército enviado por Moscú.
Tras su llegada a la región separatista del Donbass en 2014, estableció la Legión Georgiana, donde veteranos combatientes de su país y otros extranjeros se pusieron hombro a hombro con los ucranianos para enfrentar a los separatistas prorrusos y a sus aliados del Kremlin.
En una conversación telefónica con LA NACION, el militar georgiano dijo desde las cercanías de Kiev que lo que se desarrolla en Ucrania es un verdadero combate entre civilización y barbarie. “El mundo debe entender que acá hay una línea roja entre el bien y el mal”, afirmó en un alto de sus tareas en el frente.
-Viendo su historial, lo que más llama la atención es que tiene mucha experiencia en las guerras contra Rusia… ¿Por qué decidió tomar parte en esta en particular?
-Le diré cuál es la experiencia de mi familia en la lucha contra la agresión rusa. Mi padre era un general del Ejército y me llevó a la guerra en Georgia en 1993. Luchamos durante un año y luego los dos fuimos capturados, y así estuvimos tres meses en cautiverio militar. Después tuvimos la agresión rusa en 2008 en Georgia, exactamente lo mismo de lo que está pasando ahora en Ucrania. Invadieron el país y el 20% de Georgia está hoy ocupado por Rusia.
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