La temible y verdadera cara de la violencia de género en Lara

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Al no haber cifras oficiales, ya que ha sido una política de Estado no proveer de información, el Observatorio Venezolano de Violencia en Lara a través del monitoreo en las redes sociales y medios de comunicación social, obtuvo que durante los últimos nueve meses de 2021, la violencia basada en género fue el motivo de 37 casos que corresponde a 13% del total de los delitos registrados en la entidad. Las alarmantes cifras de violencia de género colocan a la región larense en el segundo lugar a nivel nacional, convirtiendo a la entidad en una zona roja para las mujeres.

Por Corresponsalía LaPatilla.com

Para Emilin Piña, presidenta de la organización “Mujer, tu voz tiene poder”, el tema de la violencia de la mujer es un delito en el cual deben estar involucrados tanto el Estado venezolano como las organizaciones civiles y comunidades. “Obviamente la mujer es una víctima, porque creció de pronto en un hogar donde su día común era la violencia, en donde el hombre agresor también creció en un ambiente hostil y hasta fue víctima de violencia. Fue la manera que ellos vieron como era una relación de pareja y es lo que naturalizaron”, destacó.

Piña, especialista en Orientación Familiar, resaltó que cuando la mujer ha sido víctima de violencia, “salir de esa telaraña es complicado” y más cuando se llega a la codependencia. Señaló que la mujer debe estar comprometida en necesitar un cambio y buscar la raíz del porqué de manera inconsciente busca otras relaciones donde está vinculada con un agresor.

Asegura que muchos casos que ha tenido en sus manos, en un 90% las mujeres repiten el patrón del acompañante violento que seguirá maltratándola. “Obviamente la mujer no anda buscando conscientemente un agresor, pero desde el inconsciente hay factores que a la mujer la atraen relaciones o características de personas que terminan siendo violentas”.

Tener el control

Por su parte, Azoreiny Bracamonte, coordinadora del Servicio Psicosocial y Legal de la Asociación Larense de Planificación Familiar (Alaplaf), indica que los tipos más comunes de violencia de género en el estado Lara son el acoso y la violencia sexual, sin dejar de lado el femicidio. Ese tipo de violencia es por el afán del agresor en controlar, dominar, oprimir y demostrar supremacía hacia la otra persona, buscando el sometimiento de esta.

 

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Advierte Piña que, al ser dependiente del hombre, eso ata a algunas mujeres a relaciones peligrosas, y por eso aseguró que una de las mejores maneras de atacar ese problema es dándole a la mujer herramientas para que puedan desarrollarse e independizarse.

Los primeros días de septiembre de 2021, la organización Centro de Justicia y Paz (Cepaz) informó que hasta ese mes, la cifra de feminicidios en Venezuela ascendió a 177. El estado Lara ocupó el segundo lugar en estas cifras rojas, con un 15,4%. Estos datos deben llamar la atención a las autoridades y a la sociedad en general para que la violencia de género no se naturalice ni se normalice.

Sin embargo, las víctimas no denuncian las agresiones a las que son sometidas. Es así como la representante de Alaplaf aseguró que entre las mujeres hay miedo a denunciar, además de la desconfianza hacia los organismos del Estado que deberían atender estos casos. Relata que cuando las víctimas acuden a la asociación, se dan cuenta de que el temor al agresor y la sensación de indefensión es una constante, además del sentimiento de vergüenza y culpa.

“Los agresores suelen ser sus compañeros sentimentales o un pariente cercano. Por eso, las mujeres consideran que están vulnerables a posibles represalias; eso limita su accionar, las inhibe de hacer la denuncia y de buscar ayuda profesional. En muchos casos, dejan que el tiempo pase creándose la esperanza de un futuro mejor que nunca llega”, destacó Azoreiny Bracamonte.

Añadió que es un ciclo de violencia que las mujeres no reconocen, experimentando agotamiento físico, psicológico y depresión, y un profundo temor de perder a sus hijos y el sustento económico.

Crece la violencia

El año 2021 cerró con 308 casos de violencia, entre psicológica, física, intrafamiliar y sexual, reseñó la organización “Mujer, tu voz tiene poder”. Estiman que 2022 pudiera tener cifras similares o más altas, ya que los medios de comunicación regional han reseñado varios casos de violencia sexual, de género y femicidios.

 

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De los casos ocurridos en 2021, los municipios Iribarren, Torres, Palavecino y Morán fueron donde las mujeres buscaron ayuda, pidiendo orientación jurídica y médica.

Emilin Piña mencionó sobre el incremento de víctimas de abusos sexuales, en su mayoría delitos cometidos por familiares o allegados al hogar. “La mayoría de las mujeres que sufren violencia no quieren denunciar lo que ocurre detrás de una puerta de cada hogar larense”.

Las alarmantes cifras corresponden al año 2021 y en este 2022 se augura más violencia. En los primeros tres meses, 4 mujeres han sido asesinadas, crímenes que comenzaron la madrugada del 3 de enero, cuando dos mujeres, Margian Méndez (24) y Fredmar Meléndez (27), fueron atacadas por personas desconocidas en el sector La Piedad, donde en medio del ataque, sus agresores apuñalaron a una, le dispararon a otra para luego quemarlas.

Posteriormente, el 3 de marzo fue localizado el cuerpo de Wilmary Carolina Escobar Peña (28) en los terrenos de la Universidad Politécnica Experimental Libertador (UPEL), quien fue asesinada por su pareja, con la ayuda de un tío del mismo. La víctima era custodia penitenciaria de Uribana y estaba desaparecida desde el pasado 24 de febrero.

Otro caso ocurrió el 10 de marzo, cuando unos delincuentes asesinaron a Josefa Coromoto Adames (71) dentro de su vivienda, ubicada en la carrera 3 entre calles 5 y 6 de Santa Isabel, al oeste de Barquisimeto.

La desidia del régimen

Ante esta situación, se ha hecho claro y evidente que representantes del régimen de Nicolás Maduro están ajenos a esta situación que, además, se agrava con la impunidad. En este sentido, Bracamonte afirmó que hay mujeres que han ido a denunciar y no han sido tomadas en cuenta. “En muchas ocasiones, los funcionarios se burlan de ellas o justifican la agresión”.

La gris gestión del Instituto Regional de la Mujer, así como la nula acción de las instituciones de justicia en Venezuela favorece a la violencia de género, a pesar de que en el año 2014 se promulgó la Ley Orgánica sobre el Derecho a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, pero quedó en letra muerta, pues el Estado no garantiza su aplicación.

El régimen de Nicolás Maduro ha dejado “por omisión”, de proveer y de garantizar políticas de protección, de defensa de los derechos de los ciudadanos y las necesidades de la población.

Marisol Bustamante, politóloga y defensora de los derechos humanos de la mujer en el estado Lara, afirmó que de acuerdo al informe sobre violencia en Venezuela, realizado por el Observatorio de Violencia, Lara se encuentra entre los primeros 5 estados con mayor violencia de género en Venezuela, y que esto lo convierte en lo que califican Zona Femicida, por las siguientes razones:

– Impunidad en el sistema de justicia.

– Ausencia de una cultura de convivencia y paridad de género.

– Incumplimiento de los protocolos de denuncia por parte de los órganos policiales, que permite que el 50% de los agresores se encuentren prófugos de la justicia.

 

Funcionarios del CICPC Lara consiguieron el cuerpo de Wilmary Escobar, en los terrenos de la UPEL

 

“No hay políticas públicas de protección a la mujer y a la familia. Se piensa de forma errada que la cantidad de leyes y de instrumentos jurídicos actuarán por sí solas. Asimismo, un importante porcentaje de la población desconoce las leyes que protegen a la mujer y este desconocimiento las hace vulnerables”, señaló Bustamante.

Además, Bustamante aseguró que el impacto de la violencia en la vida de la mujer se ve reflejado en su desarrollo normal en la sociedad, en su vida profesional y personal, creando limitaciones en su libre desenvolvimiento.

“La violencia de género afecta mucho más a las zonas foráneas del estado Lara, debido a patrones culturales radicados en un estado patriarcal. Además, el sistema no protege a la mujer, eso está claro y por eso muchas no se atreven a accionar o lo hacen de manera errada. En el Centro Penitenciario Fénix hay varios casos de mujeres privadas de libertad por haber asesinado a sus maridos o parejas, y que cometieron ese delito en defensa propia”, finalizó.