Una pelea entre marido y mujer tuvo un desenlace fatal en Barranquilla, Colombia. Yasli Ortega Bastidas, una mujer venezolana asesinada a puñaladas por su esposo en presunto estado de embriaguez ha causado conmoción en la ciudad, sobre todo porque el asesinato se cometió frente a sus dos pequeños hijos de dos y seis años.
Por: HSB Noticias
El padre de la víctima de este fatal hecho le advirtió muchas veces que las peleas terminarían en una tragedia tarde o temprano, pero las advertencias cayeron en oídos sordos que nunca hicieron caso.
Desde el exterior de la sede de Medicina Legal, los familiares de la mujer lloraban y lamentaban la noticia de su partida. El padre, Pedro Ortega, no dudó en recordar a la familia que el sangriento suceso ya se veía venir. “Tanto es así que le dije que debían separarse y no me hizo caso. Era un sálvese quien pueda”, dijo entre lágrimas.
William Molina Soto, es el hombre acusado del asesinato, otro venezolano que llegó al país para luchar contra la crisis económica que enfrenta el país vecino bajo el régimen de Nicolás Maduro.
Don Pedro aseguró que los detonantes de toda pelea fue el licor y este lunes festivo no se comprobó lo contrario; precisamente, el hombre habría llegado intoxicado a su casa ubicada en el barrio Las Américas, y tras iniciar una acalorada discusión decidió acabar vilmente con la vida de la mujer.
“Le clavó un cuchillo en el pecho y en la zona del pulmón. Todo esto ocurrió delante de sus hijos, de 2 y 6 años”, dijo el padre de Yasli.
Fue un pequeño el que presenció la macabra escena de la mujer desangrándose en una mecedora y gritando alertó a los vecinos de lo sucedido, que inmediatamente denunciaron el hecho a la policía.
El sujeto, que intentó huir de la escena del crimen, fue capturado por agentes de la Policía Metropolitana minutos después del incidente y está recluido en la URI de la Fiscalía.
Yasli fue hospitalizada para salvar su vida y trasladada a la Clínica San Ignacio, donde los médicos confirmaron el peor parte de su diagnóstico médico: su muerte.
Yasli, al igual que su pareja, procedía de la ciudad de Maracaibo y llevaba dos años viviendo en Barranquilla, donde se dedicaba a las labores del hogar.