En los últimos días Rusia anunció que su verdadero objetivo es el Donbass, y se concentra en esa zona de Ucrania. Pretende repetir la operación de Crimea y anexar a Rusia dos nuevas provincias. Se plantea realizar nuevos referéndum para la incorporación. Putin nunca imaginó que la resistencia iba a ser de tanta magnitud, y ahora ha tenido que dar marcha atrás. Todo le ha salido mal, sintió que la invasión era la de Crimea ahora parte II, que en una operación relámpago se haría con Kiev, pero se le plantó de manera firme Ucrania y occidente. A partir de este momento las armas que entregará la OTAN no serán más defensivas, sino también habrá ofensivas.
La tesis que ha puesto en práctica Putin al establecer que las zonas de influencia natural de las potencias son de su dominio, sin quererlo pone en entredicho la situación de Cuba, Nicaragua y Venezuela frente a los EEUU.
Hasta ahora todo parece indicar que Rusia saldrá muy debilitada de la guerra, y esto es muy grave para los pocos gobiernos como Venezuela que le han dado un apoyo incondicional a Putin. Si producto de los malos cálculos, Putin cae, lo mismo pasará con los regímenes que se le plegaron. En la Segunda Guerra Mundial con la debacle de Hitler, cayó todo el llamado eje, donde se agrupaban Italia y Japón.
Rusia es la nación más sancionada del planeta, con la guerra ha pasado a ser una economía aislada, a la que le costará mucho recuperarse. Su producto interno bruto se contraerá un 9,6% en 2022 según expertos. El valor de su deuda externa está a menos del 70%, y sus bonos soberanos han sido calificados como basura, por las más serias calificadoras de riesgo. Hoy su economía no llega a representar ni siquiera una décima parte de la de China y con la desastrosa guerra se fue a pique. Con relación a su moneda el rublo, este se mantiene a flote de manera artificial y a través de un control de cambios que no podrá durar demasiado tiempo. Si alguien pensaba que los polos de poder mundial serían EEUU-Europa, China y Rusia, ahora el otrora poder de la Unión Soviética se reducirá aún mucho más y su influencia mermará de manera significativa. Con el devenir de los tiempos los valores occidentales de libertad, democracia, pluralismo, alternancia y respeto a los DDHH se impondrán, y tendremos un planeta donde también crecerá cada día más la justicia social internacional. Es cuestión de tiempo.
Cambiando el tema que ocupa los principales titulares de noticias, en Venezuela un 29 de marzo de 2017, el TSJ declaró en “desacato” a la asamblea nacional electa en 2015 de mayoría opositora. Sustituyó sus atribuciones y otorgó mayores competencias al Ejecutivo nacional. La decisión liquidó la autonomía e independencia de poderes, garantizada en la Constitución. Si hay un culpable del desbarajuste nacional es esa decisión tomada desde el poder supremo. El reto, volver a la democracia, ojalá a través de la fuerza del derecho y la paz. De haber elecciones libres y justas esto está garantizado. La lucha tiene que ser por ellas.
Que al día de hoy no se hayan designado todavía los magistrados del TSJ es parte de las luchas intestinas oficialistas. No terminan de ponerse de acuerdo. La alternativa democrática de oposición debe escoger a una lista de candidatos larga, para ante las inhabilitaciones gubernamentales, se vayan corriendo las personas de la lista hasta que ya no puedan inhabilitar a más. Es cuestión de organizarse. De repetir el triunfo en Barinas a nivel nacional y cambiarlo todo. Claro que se puede, si sobre todo hay unión y más unión. La misma que hubo con “el espíritu de unidad del 23 de enero”…
@OscarArnal
oscar.arnaln@gmail.com