Mariúpol vive horas determinantes. El hecho de que la ciudad caiga o no bajo el control de Rusia está limitado al último bastión ucraniano que queda en el lugar, así lo reseñó BBC MUNDO.
Los combatientes ucranianos están refugiados en la enorme planta siderúrgica de Azovstal, en el medio de la destrozada ciudad, que se ha convertido en el último foco de resistencia de Mariúpol.
La toma de la planta por las fuerzas rusas significaría la caída de la ciudad y una enorme victoria para Moscú.
Las fuerzas rusas están ahora intentando asaltar las instalaciones de la planta después de que los combatientes ucranianos ignoraran el domingo el ultimátum de Rusia de rendirse o morir.
El Ministerio de Defensa de Rusia emitió el martes un nuevo comunicado en el que pidió a las fuerzas ucranianas y a los combatientes extranjeros que se encuentran en el interior que se rindieran antes del mediodía hora de Moscú.
“Todos los que depongan las armas tienen la garantía de seguir con vida”.
Ni un solo soldado ucraniano aceptó salir el martes, dijo el ministerio en un comunicado.
Eduard Basurin, quien representa a la autoproclamada República Popular de Donetsk y está respaldado por Rusia, le dijo al canal de televisión Rusia 24 que la aviación y artillería están ayudando a “grupos de asalto” a tomar las instalaciones.
Basurin negó sin embargo los informes de funcionarios ucranianos de que muchos civiles, incluidos niños, se esconden en Azovstal. Los separatistas pretenden “liberar” la instalación lo más rápido posible, dijo la agencia RIA citando a otro separatista, Denis Pushilin.
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