Este curioso personaje se viste de mallas, usa máscara y combate el crimen en Seattle (Estados Unidos), en un ejemplo del llamado “complejo del superhéroe” que lo ha llevado a tomar la justicia por sus propias manos y también a ser arrestado en varias ocasiones.
Por Infobae
Un vigilante enmascarado patrulla las calles de Seattle, una de las ciudades con mayor tasa de crímenes en Estados Unidos. Su nombre es Phoenix Jones, uno de los más notorios representantes del movimiento de “superhéroes de la vida real”, personas que deciden transformarse en alter egos enmascarados para luchar contra el crimen en las calles.
El traje de Phoenix Jones es especial, dice que básicamente es una armadura que le permite soportar los golpes, reducir el daño de un impacto de bala o de una puñalada, que está conectado a wifi y que con él puede comunicarse con otros superhéroes y monitorear las radios policiales para saber dónde están ocurriendo los crímenes y dónde puede ser necesitado.
Este particular personaje apareció por primera vez en 2011 y desde entonces se ha convertido en un referente de la subcultura de los “superhéroes de la vida real”. Sin embargo, su historia serviría para probar como verdadera la icónica frase que Harvey Dent le dijo a Bruce Wayne en la película El Caballero Oscuro: “O mueres un héroe o vives lo suficiente para verte a tí mismo convertido en villano”.
Es el caso de Phoenix Jones, quien pasó de ganar una masiva popularidad en sus primeros años como justiciero enmascarado, a ser rechazado y hasta odiado por una parte importante de los ciudadanos de Seattle, incluso por sus antiguos compinches “superhéroes”. Tan bajo cayó este estandarte de la justicia que en 2020 fue encarcelado por supuestamente tratar de venderle drogas a un policía encubierto.
Hoy, lejos de la aceptación que alguna vez gozó, Phoenix Jones se mantiene patrullando las calles, buscando seguir siendo relevante, pero ahondando en su larga historia de tensión con la policía local.
Su historia volvió a resurgir ante el ojo público gracias a una serie podcast titulada “The Superhero Complex” (El complejo de superhéroe), creada por el periodista David Weinberg, quien se dio a la tarea de conocer a este peculiar personaje y tratar de desenmarañar la verdad detrás de la máscara de justiciero.
Superhéroes en la cultura popular
La palabra superhéroe se remonta al año 1917 cuando empezaron a aparecer las primeras historias de este tipo en las revistas pulp de la época en Estados Unidos. Inicialmente eran asociados a personajes mitológicos como Gilgamesh, Hánuman, Perseo o Ulises, a semidioses como Hércules, o a héroes del folclore tradicional como Robin Hood o el Zorro, que usaban llamativos trajes y tenían aventuras en pro de los menos favorecidos.
Con el paso de los años el arquetipo se fue perfeccionando y durante la edad de oro de los comics (1938 – 1956) surgieron los personajes de Superman y Batman, quizá los dos superhéroes más famosos de la historia que encarnan además las dos características más comunes de estos seres.
Superman es un semidiós, una criatura de otro planeta con super poderes extraordinarios que evoca a los grandes dioses griegos; Batman, por su parte, es un humano normal (bueno un multimillonario) que utiliza sus recursos y la tecnología para fabricarse un traje con el que es capaz de luchar contra el crimen.
Luego, en la década de los 60 surgiría Marvel Comics, y con esta Spiderman, Iron Man, Thor, Capitán América, Hulk y todos los otros superhéroes que conocemos hoy en día.
En Marvel, si bien hay dioses y semidioses, como Thor, la mayoría de las historias siguen la línea trazada por Batman, aunque con una leve variación, son personas normales que por una u otra razón obtuvieron superpoderes; como la picadura de una araña radioactiva (Spiderman) o un experimento fallido de laboratorio (Hulk). Pero también hay millonarios con trajes ultra tecnológicos (Iron Man) que luchan contra el crimen.
En nuestros tiempos, las historias de superhéroes se han vuelto tan comunes películas o series que es imposible no toparse con una en la cartelera de un cine o de una plataforma de streaming, llegando al punto de saturar.
Pero en pleno auge, por allá a principios de los 2010, cuando el Caballero Oscuro de Christopher Nolan dominaba la conversación sobre el género de superhéroes y el Marvel MCU comenzaba a consolidarse, un ciudadano de Seattle decidió transformarse en un justiciero por su propia cuenta.
El ascenso del fénix
Así como los superhéroes tienen una historia ligada a la cultura pop estadounidense, los “superhéroes de la vida real” tampoco nacieron de la nada, sino que cuentan con una peculiar tradición e historia propia.
El movimiento de los “real life superheroes” podría remontarse a los años 70, cuando apareció el Capitán Sticky, un hombre regordete de apariencia afable que inventó su personaje inspirado no solo en los sino en su amor por los sándwiches de mantequilla de maní y mermelada.
En cada aparición pública el Capitán Sticky, oriundo de California, se presentaba con un disfraz azul, de capa dorada y detalles rojos, un llamativo atuendo que le valió para atraer a los medios y conseguir una plataforma. Este “superhéroe”, cuyo nombre real era Richard Pesta, se dedicó principalmente a exponer talleres de reparación de automóviles de mala calidad y defender los derechos del consumidor.
Su acto más heróico fue volverse un defensor de las personas mayores y abogar por un mejor trato en los asilos de ancianos del Condado de Orange, logrando hacer una gran diferencia en esta comunidad.
El legado de Capitán Sticky definió las bases del movimiento de los “real life superheroes”, cuya incidencia se enmarcaría en abanderar causas humanitarias y buscar usar la atención que atraen para mejorar sus comunidades a través de la influencia positiva y siempre dentro del marco de la ley.
Con el tiempo, más y más individuos surgieron en las grandes ciudades de Estados Unidos y el mundo vestidos en “supertrajes” y dispuestos a poner su grano de arena para ayudar a la comunidad. La gran mayoría seguía los principios de no intervención del Capitán Sticky, aunque otros como “Master Legend” de la Florida, fueron pioneros en desarrollar “armas” para tomar un enfoque más directo.
Hasta que apreció Phoenix Jones.
Phoenix Jones marcó una diferencia fundamental con los “real life superheroes” que le precedieron, su enfoque no solo era mucho más directo, sino que presentaba toda una filosofía amarrada a su actuar.
Para él la acción directa era la única vía para incidir realmente en el combate contra el crimen, y para eso quien decidiera tomar el camino del “superhéroe” debía tener entrenamiento especial en combate, contar con óptimas cualidades físicas y mentales para enfrentarse a las peligrosas calles y asumir el riesgo de morir en situaciones extremas.
Esto, según el justiciero, era lo que hacía a los verdaderos “superhéroes” y trazaba la línea que los distinguía de los “payasos disfrazados”.
Así, desde sus primeras apariciones, llamó a atención de los medios y los ciudadanos de Seatle, quienes comenzaron a declarar a la prensa sobre un hombre enfundado en un traje negro y amarillo salía de las sombras a defenderlos contra los criminales.
Por ejemplo, uno de los primeros testimonios sobre Phoenix Jones, era el de un joven que contó cómo este enmascarado apareció en el momento justo en que un ladrón trataba de forzar la ventana de su carro para robárselo. Lo golpeó, roció gas pimienta en su cara e impidió el robo.
Otros testimonios contaban como había separado una pelea de borrachos afuera de un club nocturno, o cómo había logrado que la policía se llevara a un pervertido que estaba mostrando su pene a unas mujeres en la calle.
Al poco tiempo los medios locales lograron entrevistarlo por primera vez, presentando al mundo a este peculiar personaje, y así un héroe había nacido.
La historia de origen
Todo superhéroe tiene su historia de origen, y Phoenix Jones no es la excepción. Nacido con el nombre de Benjamin John Francis Fodor el 25 de mayo de 1988, era el menor de cuatro hermanos de una familia de Texas (Estados Unidos).
Según sus propios relatos a la prensa, al poco tiempo de nacer fue entregado a un orfanato, pero a los cinco años lo devolvieron a sus padres. Dos años después, a los 7 años, el pequeño Benjamin estaba con su padre afuera de una tienda, él esperaba en el auto mientras su padre compraba víveres para la casa, pero su padre nunca volvió, fue asesinado de un escopetazo por el dueño de la tienda.
Luego, Benjamin se enteraría de que ese hombre no era realmente su padre, y que había entrado a la tienda a robar. Su madre, quien era una adicta a las drogas y había engañado a su pareja con otro hombre quedando embarazada de Ben, no podía cuidar al pequeño así que volvió nuevamente al orfanato.
A los 9 años fue adoptado por una vida rica de Seattle que tenía otros niños adoptados y por primera vez en su vida se sintió seguro y cuidado.
En su niñez se refugió en los cómics, encontrando en Nightwing, la personalidad que adopta Dick Grayson luego de renunciar a ser el Robin de Batman, su principal inspiración. También se volcó a los bolos, haciéndolo un pasatiempo en el cual destacó increíblemente, alcanzando dos registros perfectos de 300 puntos a la edad de 17 años, eso son 12 strikes seguidos.
Ya de adulto Ben Fodor se convirtió en un luchador profesional de artes marciales mixtas, terreno en donde se desempeñó muy bien hasta antes de enfundarse el traje, alcanzando un registro de 28 peleas y solo 5 derrotas.
A GQ le contó que una noche de verano en 2011 alguien irrumpió en su auto. Había cristales rotos en el suelo y su hijastro se cortó la rodilla con ellos.
“Me cansé de que la gente hiciera cosas moralmente cuestionables”, dijo entonces a la revista. “Todo el mundo tiene miedo. Solo hace falta que una persona diga: ‘No tengo miedo’. Y supongo que yo soy ese tipo”.
El ladrón había dejado su máscara en el auto, por lo que Phoenix la recogió e hizo su propia máscara con ella. “Utilizó la máscara para ocultar su identidad”, dijo. “Utilicé la máscara para convertirme en una identidad”.
Se hace llamar Phoenix Jones porque el Fénix resurge de las cenizas y Jones es uno de los apellidos más comunes de Estados Unidos: era el hombre común que resurgía de las cenizas de la sociedad.
Su “Liga de la Justicia” y el principio de la caída
Con la atención puesta sobre sus espaldas, Phoenix Jones decidió que el siguiente paso natural de su vida como superhéroe era formar un “supergrupo”, así, uniendo esfuerzos con otros individuos motivados a adoptar un alter ego “súper”, formó la llamada “Rain City Superhero Movement”.
Según la policía de Seattle, para julio de 2012 había por lo menos 10 justicieros con máscaras y capas haciendo rondas por las calles de la ciudad. Ellos eran: Thorn, Buster Doe, Green Reaper, The Mantis, Prodigy, Gemini, No Name, Catastrophe, Thunder 88, Penelope, y su líder Phoenix Jones.
El grupo duró activo hasta 2014, cuando el propio Jones informó de su separación. Actualmente muchos de los exmiembros del Rain City Superhero Movement no están en buenos términos con su antiguo líder, afirmando que sus métodos son muy extremos y que más que luchar contra el crimen lo que busca es publicidad y atención mediática.
No están muy lejos de la realidad, pues el Phoenix es conocido por salir a patrullar armado entre otras cosas con una cámara Go Pro y con un séquito que documenta sus aventuras.
Esta estrategia le valió en su momento para volverse viral en redes, como cuando publicó uno de sus videos más famosos llamado “Phoenix Jones vs Helicopter Dick”, en el cual se lo ve lidiando a un individuo que mostraba su pene a un grupo de mujeres a las afueras de una discoteca y que luego agredió a uno de los guardias de seguridad.
Phoenix le hace una llave y lo agarra por la oreja, cual padre regañando a un niño pequeño, luego lo aparta de la gente y le advierte que si no se calma le rociará gas pimienta. Como una de las mujeres decidió presentar cargos en contra del pervertido, el autoproclamado “héroe” impide que este se vaya, hasta que llega la policía y se lo llevan arrestado.
Este modus operandi lo ha repetido para producir, según sus propias cifras, 315 detenciones ciudadanas se han traducido en arrestos policiales. Pero lejos de ser un aliado de las autoridades, su participación en la vida nocturna de Seattle ha causado con el tiempo incomodidad entre los locales y las autoridades.
Para la policía, tener a un grupo de tipos disfrazados con ganas de golpear criminales no es ninguna broma, por lo que cada cierto tiempo Phoenix es arrestado y puesto bajo custodia.
En un episodio famoso, el superhéroe patrullaba con su séquito cuando a la distancia vio lo que para él era una pelea callejera. Su reacción inmediata fue correr hacia la trifulca y rociar gas pimienta a sus protagonistas, pero lo que detuvo no fue ninguna pelea, sino una jerga de un grupo de ciudadanos borrachos que caminaban tras una noche de fiesta. Ellos presentaron cargos y Phoenix fue arrestado.
Ese episodio trascendió porque tras su liberación Ben Fodor decidió quitarse la máscara y revelar su identidad ante los reporteros que lo esperaban fuera de la estación de policía. Entonces dijo que aceptaba su error pero que estaba dispuesto a seguir protegiendo a los ciudadanos de Seattle.
“Detuve una red de tráfico sexual, técnicamente detuve un acto de terrorismo, he estado en 79 peleas de cuchillo y me han apuñalado dos veces. Un tipo al que le dispararon le tuve que pisar la arteria para detener el sangrado y salvarle la vida”, resume sus hazañas para el podcast The Superhero Complex.
“Al primer tipo que me apuñaló en la calle le dije: ‘esa fue buena, pero no me vas a atrapar de nuevo’. La próxima vez que lo encontré le saqué la mierda a golpes”, cuenta.
“Otro tipo trató de matarme, sacó una pistola y me persiguió alrededor de un auto, pero lo desarmé, obviamente, ante una pistola en rango cercano ganaré siempre”, narra sobre otro episodio.
¿Héroe o villano?
Pero fue en 2020 cuando su reputación tomó su golpe más fuerte, pues fue arrestado por tratar de vender drogas a un oficial de policía encubierto.
Tras pasar años lejos del ojo público y haciendo sus patrullajes cada vez más esporádicos, en 2019 dos testigos confidenciales le dijeron a un detective de narcóticos de Seattle que Fodor era un traficante de drogas.
Según registros judiciales Ben Fodor, alias Phoenix Jones, de entonces 31 años y su novia Andrea Berendsen, de 26 años, fueron arrestados el 9 de enero de 2020.
Al “superhéroe” se lo acusó de dos cargos: vender MDMA, una droga callejera conocida como éxtasis o Molly, a un agente encubierto, entregando las drogas en una bolsa de papel a un Starbucks del centro; y el segundo cargo alega que se presentó en un hotel de Seattle con Berendsen en enero con cocaína que pensaban que estaban vendiendo a un grupo de mujeres.
En ambos casos los compradores eran policías encubiertos.
Pese a las acusaciones Fodor sigue libre y posteando regularmente en sus redes sociales. En su más reciente publicación, hecha el jueves 28 de abril, trató de interceder en una pelea entre una mujer sin hogar y un hombre gay y borracho que se sintió ofendido porque ella lo estaba insultando.
Ahora anda sin máscara y sus patrullajes son menos frecuentes, pero no deja de ser una figura polémica. Para muchos su caída es notoria y ya no cuenta con el respaldo popular, ahora lo ven como un farsante; a Weinberg le dijo que iría a pelear a Ucrania.
Esto último es improbable pues está en libertad condicional por los cargos de drogas en su contra. Finalmente la profecía de Harvey Dent se cumplió nuevamente, él se volvió el villano “Dos Caras” en la película, y Phoenix, hoy por hoy, se acerca más a un anti-héroe que a un “superhéroe”.