El saudita Osama Bin Laden se convirtió en el terrorista más buscado luego de los ataques perpetrados a las Torres Gemelas y al Pentágono, el 11 de septiembre de 2001. Tras más de una década de búsqueda, un comando especial de los Estados Unidos efectuó una operación secreta en una residencia ubicada en Abbottabad, Pakistán, y abatió al cabecilla de Al Qaeda, marcando el fin de una era para la organización islamita. Hace 11 años, mataron al máximo líder talibán.
Por: Todos Noticias
Hijo de Mohammad bin Awad Bin Laden, uno de los empresarios de la construcción más opulentos de Arabia Saudita, estudió en una escuela de élite y fue formando su pensamiento político y religioso: desde un principio, tomó como propia la filosofía extrema de la ley sharia, una interpretación del Corán que invisibiliza los derechos de las mujeres, propone mutilaciones y decapitaciones como castigos ante pecados y atenta contra aquellos que no estén de acuerdo con los preceptos impuestos, justificando matanzas de civiles como el mal menor.
Bin Laden, quien participó de la guerra de Afganistán y fue entrenado por la CIA para luchar contra la Unión Soviética, utilizó los aprendizajes tomados de la inteligencia norteamericana para construir su propio grupo; pronto, iba a hacer gala de su propio pensamiento en contra de los Estados Unidos, país al que acusó de cometer genocidios en territorio árabe, así como también contra Israel y otras potencias occidentales, atravesadas por culturas diferentes.
Al momento de crear la red terrorista Al-Qaeda, que nació a principios de 1989, las naciones “herejes”, los musulmanes de rama chiita y los judíos habían sido catalogadas como las amenazas principales para el mundo islámico.
El terrorista se presentó como un justiciero ante sus seguidores y, poco después, comenzaron a financiar y organizar ataques alrededor del mundo, como el asesinato de turistas en Egipto, en 1997, y la colocación de bombas en las embajadas yanquis de Kenia y Tanzania, en 1998, que se cobraron la vida de más de 200 personas.
Poco antes, el talibán había advertido que su próximo objetivo sería la nación que, por entonces, presidia George Bush (h), y le declaró la guerra santa. A esas alturas, ya era investigado por el FBI debido a su participación en los atentados contra los representantes diplomáticos de EEUU: para evitar ser hallado, Bin Laden se transformó en nómade y ejerció su poder desde diferentes locaciones.
Osama Bin Laden y el ataque terrorista contra Estados Unidos
Sin embargo, su golpe más trascendente se daría cuando se convirtió en 2001 en el arquitecto del secuestro de cuatro aviones comerciales que se estrellaron contra las Torres Gemelas, en Nueva York; el edificio del Pentágono en Washington y en un campo en Pensilvania. Esos cuatro episodios, ocurridos casi en simultáneo la mañana del 11 de septiembre de 2001, dejaron casi 3.000 muertos.
A partir de entonces, su figura tomó alto estado público y la recompensa llegó a alcanzar los 50 millones de dólares para aquellas personas que pudiesen dar con su paradero. Diferentes rumores habían establecido que el líder de Al-Qaeda había sido acorralado en la batalla de Tora Bora, en Afganistán, pero logró escapar a Pakistán. Además, el saudita debió aparecer en cámara en 2007 y 2010 a través de la cadena Al Jazeera, luego de que se difundiera que había fallecido en diferentes circunstancias.
Sin embargo, el 2 de mayo de 2011, el presidente estadounidense Barack Obama dio la orden de avanzar con la estrategia propuesta por el Consejo de Seguridad Nacional y capturar a Osama Bin Laden: después de una ardua investigación, se descubrió que el terrorista se encontraba refugiado en un complejo llamado Abbottabad, que no contaba con servicio telefónico ni Internet, estaba rodeado por muros de hasta cinco metros con alambre de púas y donde residían cerca de 25 personas.
Las fuerzas del US Navy SEAL de la Armada de Estados Unidos ingresaron al lugar por la noche y la operación duró poco más de cuarenta minutos. El jerarca de la organización yihadista no estaba armado, pero el grupo comando, con Robert O’Neill a la cabeza, efectuó un disparo en la zona del ojo izquierdo; al mismo tiempo, otras cuatro personas fallecieron, incluidos la última esposa del talibán, su hermano, una mujer no identificada y dos cercanos del propio Bin Laden.
La confirmación de la identidad pudo realizarse gracias a que se cotejó su ADN con el de su hermana, que había muerto años atrás producto de un cáncer. El primer mandatario norteamericano dio a conocer la noticia casi al instante, a través de un mensaje televisivo, y sorprendió al mundo: el hombre más buscado del planeta había sido ejecutado.