La comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, hizo este lunes un llamamiento a los Estados para fortalecer la lucha contra la impunidad de los crímenes cometidos contra periodistas, porque “la mayoría de los ataques quedan sin castigo”.
“En situaciones de conflicto armado, es aún más difícil establecer responsabilidades individuales”, pero eso “no debe servir de pretexto para la inacción”, señaló Mijatovic en un contexto particular marcado por los múltiples ataques de profesionales de la información en la guerra de Ucrania, varios de los cuales han terminado en muertes.
Para la comisaria, “es crucial actuar con más determinación para reunir pruebas y castigar a los responsables”, para impartir justicia y “demostrar que el trato de los Estados a la prensa respeta su papel fundamental en nuestras democracias”.
En el artículo publicado en su web, centrado en la necesidad de reforzar la seguridad de los periodistas que cubren conflictos, insiste en que se trata así de actuar sobre la situación general de la libertad de prensa, “cada vez más erosionada en Europa”.
Recuerda que, según el Estatuto de Roma de la Corte penal Internacional (CPI), durante un conflicto “dirigir intencionalmente ataques contra civiles, y por lo tanto también contra periodistas que no participan en las hostilidades, constituye un crimen de guerra”.
Según Mijatovic, la guerra en Ucrania ilustra la vulnerabilidad de los periodistas en zonas de conflicto. Afirma estar convencida de que los Estados “pueden y deben hacer más por su seguridad”.
Así, la medida más obvia es respetar el derecho internacional humanitario y realizar advertencias efectivas antes de llevar a cabo un ataque, como los que se pueden hacer contra torres de radio y televisión.
Además, estima que los gobiernos podrían ayudar financieramente a que los medios tengan una reserva de equipos de protección (cascos, chalecos antibalas y trajes blindados), que “pueden salvar vidas y minimizar las lesiones”.
La comisaria de DDHH propone que las autoridades proporcionen a los periodistas información periódica sobre la marcha del conflicto, que garanticen la libertad de movimiento y el acceso a la información, y faciliten el entrenamiento sobre situaciones de combate y sobre primeros auxilios.
Insta también a dar a los profesionales de la información asistencia, diplomática, militar y logística o ayuda psicológica, así como a respetar la confidencialidad de las fuentes periodísticas, porque, sin ella, “el trabajo y la seguridad pueden verse gravemente socavados y las vidas amenazadas”.
Concluye Mijatovic que todas esas medidas “están al alcance de la mano si hay voluntad política. Y aunque reconoce que no se puedan prevenir todos los peligros, insiste en que los países “tienen medios legales, financieros y de otro tipo para reforzar la seguridad de los periodistas”. EFE