Quince años después de la desaparición de la británica Madeleine McCann en Portugal, sus padres consideraron “esencial” conocer “la verdad” sobre este caso que llevó al reciente pedido de inculpación de un sospechoso en Alemania.
“Sea cual sea el resultado, Madeleine siempre será nuestra hija y se ha cometido un crimen verdaderamente horrible”, escribieron el lunes Kate y Gerry McCann en una página de Facebook dedicada a la búsqueda de Madeleine, desaparecida desde el 3 de mayo de 2007.
“Es cierto que la incertidumbre engendra debilidad; el conocimiento y la certeza dan fuerza y por eso nuestra necesidad de respuestas, de la verdad, es esencial”, añadieron.
Destacaron que este 15º aniversario no fue “más difícil que otros, pero tampoco más fácil”.
Madeleine McCann, a la que la prensa británica se refiere como “Maddie”, desapareció en 2007 poco antes de su cuarto cumpleaños, en Praia da Luz, un balneario de la región del Algarve, donde estaba de vacaciones con su familia.
Su desaparición dio lugar a una extraordinaria campaña internacional de sus padres para intentar encontrarla. Las fotos de la pequeña Maddie, con su pelo castaño y sus grandes ojos claros, dieron la vuelta al mundo.
“Agradecemos el trabajo y el compromiso constante de las autoridades británicas, portuguesas y alemanas, porque son estos esfuerzos policiales conjuntos los que darán resultados y nos aportarán las respuestas”, subrayaron los padres de Maddie.
El 22 de abril, la fiscalía portuguesa anunció que solicitó imputar a un sospechoso en Alemania, sin precisar su identidad ni la naturaleza de las sospechas que pesan sobre él, en el marco de una investigación sobre la desaparición de Maddie realizada “en cooperación con las autoridades inglesas y alemanas”.
Las reacciones recogidas por la AFP de la fiscalía de Brunswick y del abogado de un sospechoso alemán identificado como “Christian B.”, pederasta multirreincidente identificado por los investigadores alemanes en 2020 como el principal sospechoso del asesinato, no dejan lugar a dudas de que también se convirtió en el sospechoso número 1 de la fiscalía portuguesa. AFP