El calvario al que fue sometida una joven seboruquense en el estado Táchira para poder dar a luz en el Hospital Central de San Cristóbal en medio de uno de los picos de la pandemia, despertó en Luisnel Guerrero, alcalde de Seboruco, la necesidad de recuperar la sala de partos del ambulatorio en su municipio.
Por Luz Dary Depablos / Corresponsalía lapatilla.com
En la gestión de Luisnel Guerrero como concejal (antes de ser alcalde), trabajó por recuperar la sala de partos, pues consideró inhumano que una mujer en estado de gestación haya tenido que pasar la noche en las inmediaciones del Hospital de San Cristóbal para poder dar a luz al siguiente día, pues “esta área en el ambulatorio de Seboruco estaba destruida y abandonada”, indicó.
Gracias a un voluntariado que se denomina “Los buenos somos más”, conformado por médicos, enfermeros y seboruquenses que se unieron a la iniciativa de Guerrero y con un trabajo en equipo, se rescató la sala de partos del ambulatorio de ese municipio, donde en lo que va de año y de gestión de Guerrero como alcalde, han nacido cuatro bebés.
Volvió el gentilicio
Desde hace más de 10 años, las mujeres en trabajo de parto debían ser trasladadas a otros municipios vecinos o al Hospital Central de San Cristóbal (ubicado a dos horas de camino), por lo que durante ese tiempo no nacieron niños en Seboruco.
Las mujeres con dolores de parto “debían enfrentar calamidades para que las trasladaran a otros centros de salud, pues las ambulancias no funcionaban o los vehículos de sus familiares no contaban con combustible. En pocos meses, Guerrero también ha logrado recuperar y poner en funcionamiento dos ambulancias.
“Padecemos entre 6 y 9 horas sin luz. En esas horas sin luz se pudiesen presentar emergencias que no podemos atender por no tener fluido eléctrico”, enfatizó el alcalde.
Aunque este ambulatorio no es competencia del gobierno municipal, Guerrero considera que la salud debe ser la prioridad para los gobiernos en cualquier lugar del mundo, por lo que exhorta a Freddy Bernal para que garantice electricidad y una planta eléctrica al ambulatorio, para poder atender todas las emergencias en el municipio Seboruco.
Espera “a mediano plazo recuperar una red de plantas eléctricas que genere la capacidad para poder alumbrar al hospital”.
Igualmente, trabaja en concretar la compra de un terreno en una montaña por donde se capta el agua de consumo de gran parte de los pobladores del municipio, con el fin de lograr tratarla, para que a corto plazo a los hogares seboruquenses no llegue agua contaminada.