El crimen del fiscal antimafia de Paraguay Marcelo Pecci, cuando se encontraba sin esquema de seguridad en una playa de Cartagena, generó el rechazo internacional y tiene trabajando contrarreloj a las autoridades de tres países y en el radar a grupos criminales con tentáculos en otras dos naciones de Suramérica.
Por eltiempo.com
Los equipos de investigación de Colombia, Paraguay y Estados Unidos están intercambiando información desde este martes para localizar antes de que se les pierda el rastro a los dos sicarios que dispararon contra el funcionario, y llegar a los autores materiales del crimen de uno de los fiscales más reconocidos en su país por la lucha contra el crimen organizado.
El fiscal Pecci y su esposa, Claudia Aguilera, llegaron a Cartagena procedentes de Asunción (Paraguay), el 5 de mayo. Su entrada quedó registrada ante las autoridades migratorias como de turistas; la pareja venía de luna de miel, el 30 de abril se habían casado tras una relación de un año.
Sus registros migratorios, así como los de los demás pasajeros del vuelo, ya hacen parte del expediente de las autoridades. La pareja se hospedó en el Hotel Decameron de la isla Barú, a 10 minutos en lancha de Cartagena, estaban seguros de que allí podrían disfrutar de la naturaleza y de la tranquilidad del mar y de la noticia de que serían papás.
Este martes, sobre las 10:30 de la mañana, la pareja se encontraba en la playa, y de acuerdo con el testimonio que Claudia le entregó a EL TIEMPO, dos hombres se acercaron al lugar en una moto acuática, “uno de los hombres se bajó y sin mediar palabra le disparó dos veces a Marcelo, un impacto lo recibió en la cara y otro en la espalda”.
De inmediato el sicario se subió a la “embarcación” y huyeron del lugar, dijo la mujer, quien es periodista de profesión, y quien señaló que fueron “auxiliados por otras personas que estaban en la playa, pero él estaba muerto”. Los sicarios dispararon contra un funcionario de seguridad del hotel que no resultó herido.
En ese momento se desconocía que la víctima era el fiscal Pecci y tras el hecho llegó a trascender la hipótesis de que se habría tratado de un intento de robo, que quedó descartada rápidamente tras las declaraciones de los testigos.
La Policía señaló que en su país el fiscal tenía un esquema de protección, pero que de su ingreso a Colombia no tenían información las autoridades y, por tanto, no se le había asignado un equipo para su protección. Esto fue clave para facilitar la acción de los sicarios.
De hecho, la esposa del funcionario le dijo a este diario que se sentían tranquilos y que estaban sin seguridad (escoltas). “No teníamos amenazas”, dijo.
Tras confirmarse la identidad de la víctima, los gobiernos de Colombia y Paraguay abrieron un canal de comunicación para iniciar el proceso de investigación, al que se unió un grupo especial de agencias de Estados Unidos.
El director de la Policía Nacional, el general Jorge Luis Vargas, se desplazó de inmediato a Burú para asumir personalmente la investigación. Con el apoyo de cinco expertos de la Policía Judicial, Dijín, quienes revisaron cámaras de seguridad, dando como primer resultado la ubicación preliminar de una persona que, de acuerdo con la línea de tiempo reconstruida por las imágenes, estaría asociado a los hechos.
En esa línea, el fiscal general, Francisco Barbosa, dispuso de un equipo de fiscales y expertos en criminalística para apoyar el proceso.
“La cooperación internacional y la capacidad investigativa de la Fiscalía son las que nos permitirán luchar juntos contra expresiones criminales que traspasan fronteras. Contra equivocadamente creen que pueden burlar el imperio de la legalidad y de la justicia. No nos doblegamos”, dijo el jefe del ente acusador.
Barbosa se reunió hace algunos días con la fiscal de Paraguay para firmar acuerdos de cooperación judicial.
Avances en el caso
“Este hombre (del cartel) fue ubicado cerca al lugar, por eso se cree que les venían haciendo seguimiento. El homicidio del fiscal Pecci fue planeado con antelación, no fue al azar”, dijo una fuente a este diario.
Paralelo a ello, un grupo de policías de Paraguay llegó anoche a Cartagena para apoyar el proceso, y dos agentes colombianos viajaron a Asunción para trabajar otros frentes de investigación y buscar líneas que lleven a establecer los autores y móviles del crimen que conmocionó a los dos países.
Aunque la Policía de Colombia no hizo señalamientos de quiénes estarían detrás del homicidio, la fiscal de Paraguay Sandra Quiñónez, al condenar el crimen, sí apuntó a una dirección. “No vamos a decaer. Por Marcelo y por todos los compañeros que día a día quitan lo mejor de sí para esclarecer los hechos cometidos por cobardes, como son los que se esconden detrás de grandes estructuras criminales para poner fin a una vida como la de Marcelo, que ha dado todo de sí por su institución, por su país”, dijo Quiñónez en una rueda de prensa.
Esas redes criminales asentadas en Panamá y que tienen nexos directos con narcotraficantes de Brasil y Bolivia, están en la primera línea de sospechosos. De hecho, muchos de los golpes liderados por el fiscal asesinado estaban relacionados con alianzas entre redes de esos dos países y ciudadanos paraguayos.
La Fiscalía y la Policía, como parte de la investigación, tienen ya videos de seguridad de la zona en la que se cometió el homicidio y trabajan en la individualización de varios sospechosos.
Fuentes consultadas por este diario señalan que precisamente los procesos que adelantaba Pecci “lo siguieron hasta Barú, donde él bajó la guardia por encontrarse en una actividad personal”, puntualizó un investigador.
De igual forma, la fuente señaló que “este es un crimen planeado con tiempo, por una mafia. Diseñado y pensado con el único fin de aniquilarlo, por eso, en una primera hipótesis sin descartar nada, apuntamos a una retaliación dirigida desde Paraguay”.
Voces en la región
El primero en rechazar el crimen de Pecci fue el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, quien aseguró que se comunicó de inmediato con su homólogo colombiano, Iván Duque, “este es un momento muy doloroso, muy duro (…) el presidente Duque se comprometió a darnos todo su apoyo para ubicar a los responsables”.
En un comunicado, la Corte Suprema de Paraguay lamentó y repudió el crimen de Pecci, y destacaron su labor, “la máxima instancia judicial resalta el gran trabajo que le cupo realizar y espera que su vida profesional sea un modelo de conducta para quienes aspiran a tener un país mejor”.
De igual forma, se pronunció el embajador de Estados Unidos en Paraguay, Marc Ostifield: “Nos unimos al dolor del pueblo paraguayo ante el asesinato del fiscal Pecci (…), este lamentable hecho enluta a nuestras naciones. Más que nunca, reforzaremos el trabajo conjunto para enfrentar al crimen organizado en Paraguay y el hemisferio”.
Los casos de Pecci
En Paraguay, Pecci direccionó especialmente operativos contra redes de tráfico de droga establecidas en Brasil y Bolivia. En su carrera tuvo diversos casos relacionados con la mafia. Por ejemplo, en septiembre de 2021 ordenó el decomiso de una propiedad del exjefe narcotraficante Marcelino Colmán Villetti, condenado a 20 años de cárcel como líder de una organización criminal cuyo esquema permitía el ingreso de cocaína a Paraguay desde Bolivia.
De otro lado, en enero del 2020, en una redada contra el crimen organizado liderada por Pecci, cayeron varias personas que estarían dedicadas al sicariato, uno de los capturados fue un concejal que tenía orden de captura por un caso de homicidio.
Pecci también estuvo al frente del caso por el homicidio del periodista brasileño Leo Veras, que ocurrió el 12 de febrero de 2020, cuando dos sicarios irrumpieron en su vivienda. Por este caso fueron capturadas e imputadas 10 personas.
Además de casos contra las mafias de la droga, Pecci fue uno de los fiscales que tuvo a su cargo el caso contra la leyenda del fútbol Ronaldinho, quien en marzo de 2020 fue detenido acusado de uso de pasaporte paraguayo de contenido falso cuando ingresó al país.
Al término de un consejo de seguridad, el general Vargas, director de la Policía, anunció una recompensa de hasta 2.000 millones de pesos por información sobre los autores del crimen.
“Desde el momento que se conoció del homicidio del fiscal se adelanta un plan candado (aeropuertos y terminales terrestres) para ubicar a los criminales que acabaron con la vida del fiscal Pecci, reconocido como un valioso hombre en la lucha contra el crimen organizado”, puntualizó el general Vargas.
Las operaciones se mantendrán de manera sostenida en Barú y Cartagena con el apoyo de helicópteros, buzos, dactilocopistas y peritos morfológicos, entre otros.