El papa saludó hoy a las esposas de dos oficiales del regimiento Azov, la unidad militar ucraniana cuyos combatientes están actualmente atrincherados en los túneles de la acería Azovstal en Mariupol bajo el ataque ruso, al final de la audiencia general celebrada en la plaza de San Pedro.
En el momento en el que Francisco suele saludar a las autoridades presentes, también pudo intercambiar algunas palabras con estas dos mujeres, que se encuentran refugiadas en Italia y que hace unos días escribieron al papa para contarle la situación de sus maridos.
El pontífice les respondió y las invitó a acudir a la audiencia de hoy, después de la cual pudieron acercase a él a saludarle.
Se trata de Kateryna Prokopenko, esposa del comandante de Azov Denis Prokopenko, y de Yulya Fedosiuk, esposa de Arseniy Fedosiuk. Ambas están refugiadas en Roma gracias a la embajada de Ucrania ante la Santa Sede.
En la ciudad costera ucraniana de Mariupol, en el mar de Azov, los rusos están bloqueando las unidades de Ucrania que resisten en el área de la acería de Azovstal, formadas por varios centenares de soldados, la mayoría de ellos vinculados al regimiento de Azov.
En los últimos días se ha podido evacuar a algunos cientos de personas que se habían refugiado en la acería de los bombardeos continuos de los rusos que han arrasado esta ciudad.
Francisco no hizo hoy ningún llamamiento para la paz en Ucrania y sólo invitó de nuevo a rezar por la paz en el mundo.
Y recordando el inicio de la peregrinación a la Virgen de Fátima en estos días, dijo: “Confiemos a la Virgen María el ardiente deseo de paz del mundo”. EFE