Mucho se ha hablado de la maldición de la Casa Grimaldi que ha golpeado a las princesas monegascas a lo largo de los siglos dejando trágicas muertes, sufrimiento y dolor. El matrimonio del actual soberano Alberto II con la exnadadora Charlene parece sumar un nuevo capítulo a esa leyenda de tristeza que persigue al Principado.
Por ABC
Según la leyenda, el Príncipe Rainiero I secuestró a una mujer flamenca en el siglo XIII, quien se vengó maldiciéndolo a él y a sus descendientes: «Nunca un Grimaldi encontrará la felicidad en el matrimonio». Las trágicas muertes prematuras de la princesa Grace y su yerno, Stefano Casiraghi, así como los divorcios de sus hijas, la Princesa Caroline y Princesa Estefanía confirmarían la maldición que recoge la revista ‘Tatler’ y de la que Alberto II quiere huir como sea aunque para ello tenga que recurrir a un contrato ultraconfidencial por el que Charlene se comprometería a representar al Principado a cambio de 12 millones de euros al año.
Eso sí, si la mujer de Alberto II quiere establecerse de forma privada en Suiza, sus hijos, los gemelos Jacques y Gabriella se quedarían en Mónaco donde seguiría acudiendo al colegio. De esta forma la maldición sobre el matrimonio se ocultaría, al menos a la opinión pública.
La tragedia de Grace Kelly
Un maldito lunes 13 de septiembre de 1982 la actriz Grace Kelly, Princesa de Mónaco sufría un trágico accidente mientras viajaba con su hija Estefanía, que entonces contaba 17 años. Según la versión oficial, el coche en el que viajaba un viejo Rover 3500 de 1972, conducido por ella misma, cayó a un barranco de unos 40 metros, dio varias vueltas de campana y quedó volcado sobre el techo. Gracia de Mónaco y su hija quedaron aprisionadas mientras el vehículo ardía. Fueron salvadas por un horticultor, que apagó el incendio con el extintor de su camioneta.
Estefanía solo sufrió contusiones leves; su madre, la Princesa de Mónaco, fracturas en el fémur derecho, la clavícula y las costillas. Su estado era grave. Y fue a peor durante la noche, cuando sufrió una severa hemorragia cerebral que fue la que, menos de 24 horas después, acabó con su vida, mientras su marido, el Príncipe Rainiero y sus tres hijos, Estefanía, Carolina y Alberto, rodeaban su cama. Eran las diez y media de la noche del martes 14 de septiembre. Tenía 52 años.
La maldición que persigue a Carolina
Años antes de la muerte de su madre, cuando aún era una niña, Carolina Luisa Margarita Grimaldi fue nombrada la «novia de Europa». En 1975, a los 18 años, Carolina de Mónaco se fue a París a estudiar psicología en la Sorbona y se convirtió en una estrella. En una vida de lujo entre cruceros y estaciones de esquí conoció a Philippe Junot, todo un ‘play-boy’ de 35 años y el 25 de agosto de 1977, el Principado anunciaba de manera oficial el compromiso de la joven princesa de 19 años. La boda se celebró el 28 de junio de 1978 pero el matrimonio solo duró dos años. Los motivos de la sonada ruptura no están claros pero los deslices de ambos eran un secreto a voces dentro y fuera del Principado
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