Existen todo tipo de historias ficticias y largometrajes de hombres indestructibles, pero ni una película de superhéroes es comparable con lo que le pasó a Tsutomu Yamaguchi, así lo reseñó CLARÍN.
El hombre nació el 16 de marzo de 1916 en Nagasaki. Comenzó a trabajar en Mitsubishi Heavy Industries a mediados de 1930, trabajó como delineante en el diseño de petroleros. Acababa de ser padre y tenía 29 años, llevaba una próspera vida como joven ingeniero.
Mientras transcurría la Segunda Guerra Mundial continuó con su labor en la empresa. Aunque vivía y trabajaba en Nagasaki, en el verano de 1945 estaba en Hiroshima para un viaje de negocios de tres meses de duración.
El infierno en primera persona
El 6 de agosto de 1945, Yamaguchi caminaba las calles de Hiroshima y se dirigió a los astilleros, él recordaba un día de despejado y de sol total. Little Boy, la carga de 4 toneladas detonó a 600 metros de altura. Se desató la catástrofe. El ingeniero perdió el conocimiento sufriendo quemaduras en todo el cuerpo. Más de 100.000 personas murieron al instante.
“Vi un gran pilar con forma de seta alzándose hasta el cielo. Era como un tornado, aunque no se movía, pero creció y se extendió horizontalmente en su parte más alta”, en primera persona contó el drama años posteriores Tsumoto.
La explosión nuclear le rompió los tímpanos, le cegó temporalmente, además de dejarle graves quemaduras por radiación en el lado izquierdo de la mitad superior de su cuerpo. Después de recuperarse parcialmente, se arrastró hasta un refugio y regresó a Nagasaki en los días posteriores.
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