En el año 2000, José Pérez le confesó a un periodista que estaba seguro de que la información que había suministrado había sido utilizada para perpetrar los atentados a la embajada de Israel y a la AMIA; temió por su vida y grabó un video por si lo asesinaban; hoy, es testigo protegido y reside en un lugar secreto bajo una nueva identidad
Por La Nación
José Pérez tenía el rostro pálido y una taquicardia constante la tarde en que se presentó en la redacción del periódico comunitario judío Nueva Sion. Buscó al director, el abogado Horacio Lutzky, a quien conocía desde hacía años, y le manifestó que necesitaba hablar en privado. “No vas a creer lo que te voy a contar -le dijo, una vez a solas en la kichinet-. No soy quien pensás que soy”. Lutzky no entendía. “No soy judío, soy un agente de una fuerza de seguridad infiltrado hace muchos años en la comunidad. Y tengo conocimientos sobre los atentados a la embajada de Israel y a la AMIA”, confesó.
Era junio del 2000. Habían pasado seis años desde la última explosión. Lutzky se había acostumbrado a recibir llamados y visitas de personas que decían tener datos sobre los dos ataques, que siempre terminaban siendo falsos o infundados. Pero esta vez era diferente. El que hablaba era Iosi, el exmarido de la mujer que había sido su asistente durante años; Iosi, el hombre que había liderado organizaciones de la comunidad, Iosi, el que hablaba hebreo a la perfección y tenía acceso directo a la embajada de Israel. Lo que escuchaba no podía ser mentira.
“Al principio era más lo que insinuaba que lo que decía -rememora Lutzky al ser consultado por LA NACION-. Me llamaba de vez en cuando, con meses de diferencia, y me decía dónde nos íbamos a reunir. Tardó en confiar en mí, en estar seguro de que yo no le iba a contar nada a nadie”. Después de un tiempo, Pérez le reveló que la fuerza para la que trabajaba era la Policía Federal, y que estaba seguro de que la información que él les había brindado durante años había sido utilizada para llevar a cabo los atentados que, con una diferencia de dos años, dejaron un saldo de 114 muertos y más de 540 heridos en la Argentina.
“Me decía que quería declarar, pero que prefería hacerlo fuera del país. Tenía miedo de que lo mataran a él o a su familia”, recuerda Lutzky. Años después, junto a la periodista Miriam Lewin, el abogado publicó el libro Iosi, el espía arrepentido, en el que se basó la nueva serie, dirigida por Daniel Burman y Sebastián Borensztein, de las más vistas en Amazon Prime Video.