El boxeador estadounidense sacó el zurdazo en el momento exacto y consiguió su victoria número 27 (25 K.O)
El boxeador estadounidense Gervonta Davis encontró la pegada justa en un momento en que la pelea se le complicaba, y noqueó el sábado a Rolando Romero con un zurdazo demoledor en el sexto asalto para retener su título de los ligeros y seguir invicto.
Por Infobae
El puñetazo escalofriante y definitivo llegó cuando Romero había lanzado un volado cerca de una esquina, descuidando la guardia. Impactado en la cabeza, el púgil de ascendencia cubana cayó hacia delante, rebotó en las sogas y se fue a la lona.
Como pudo, Rolly Romero se incorporó, pero al continuar tambaleándose y desatender las instrucciones que se le daban, el referí David Field optó por salvaguardar su integridad y puso fin a las hostilidades.
Davis (27-0 con 25 nocauts), de 27 años, no había conseguido nocaut en su victoria anterior, algo que sólo le había ocurrido una vez antes en su carrera.
Durante la previa, Romero se encargó de calentar el ambiente de cara al combate que se desarrolló en el Barclays Center, al señalar que el campeón en tres divisiones no era tan peligroso, sino más bien vulnerable.
Si hubo debilidad, Davis supo corregirla. Pareció lastimarse el brazo izquierdo, al errar un potente puñetazo en el quinto episodio. En el siguiente no falló y finiquitó el duelo con un zurdaco que terminó por quitarle el invicto a su rival, quien fue derrotado por primera vez en 15 combates como profesional.
El final electrizante marcó el retorno de las grandes carteleras de boxeo a Brooklyn, donde Davis ganó su primer título en 2017. El boxeador de Maryland atrajo a 18.970 espectadores, un récord de la arena para una pelea.
La última función relevante de boxeo en el Barclays se había celebrado antes de la pandemia.
El pleito debía haberse realizado en diciembre, pero el retador fue retirado de la función mientras se investigaba una acusación en su contra, por una presunta agresión sexual. Davis finalmente enfrentó al mexicano Isaac Cruz, a quien derrotó por decisión unánime. Aquella fue la primera ocasión desde 2015 en que no noqueó a su rival.
Tras la intervención de la justicia, no se interpuso cargo alguno contra Romero, de modo que la pelea se llevó a cabo con muchos dimes y diretes en la previa. Davis se exasperó a tal grado por las críticas que lanzó Romero y lo empujó para que cayera del escenario el viernes, en el pesaje.
Romero había insistido en que acabaría con Davis en un asalto. Pero los únicos golpes significativos en esos primeros tres minutos se propinaron en el graderío, durante una riña entre aficionados.
En el segundo episodio, Romero asestó buenos golpes, pero perdió la oportunidad de montar un buen ataque al empujar a Davis, quien cayó a la lona en un forcejeo. El combate lució bastante parejo tras cuatro rounds. Davis parecía en camino de su mejor desempeño en el quinto, cuando hizo la mueca por la aparente lesión. Se desconoce cuál fue el problema, pero no duró mucho.