El volcán Etna, en la isla italiana de Sicilia (sur), ha entrado hoy en una nueva fase efusiva tras la apertura de dos nuevas bocas, que se mantiene en baja intensidad, tras dos semanas en erupción, informó el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV).
Las bocas eruptivas se encuentran en el flanco sur-este del volcán, a 3.250 metros y 2.800 metros sobre el mar, según el INGV, cuyas observaciones localizaron este domingo un aumento del temblor del volcán, que se mantuvo en una intensidad alta, pero sin que su expulsión de ceniza y lava afectase a la actividad del Aeropuerto Internacional de Catania.
El flujo de lava de las nuevas bocas se mueve hacia la zona del Valle del Bove, con frentes de cerca 2.100 metros, mientras que las coladas de lavas en las otras dos bocas, que se formaron el pasado 12 y 20 de mayo, prosiguen con los mayores frentes avanzando en la cara noroeste del volcán.
El centro de la fuente del temblor se encuentra en la zona del cráter sureste, a una altura de aproximadamente 3.000 metros sobre el nivel del mar.
Protección Civil italiana activó la alerta amarilla por la reciente actividad del volcán, que lleva más de un año, desde el 10 de febrero de 2021, con emanaciones discontinuas de lava y cenizas.
Según informó el INGV en agosto pasado, las últimas erupciones en el cráter sureste han llevado al Etna a aumentar su altitud en 33 metros y ahora su nueva cumbre se sitúa a 3.357 metros sobre el nivel del mar.
Desde 1980, el cráter noreste estaba considerado el más alto del volcán siciliano, con 3.324 metros, que llegaron a alcanzar una cota máxima de 3.350 metros en 1981, antes de que sus bordes se fueran erosionando.
EFE