La misa que se celebra este viernes para marcar los 70 años en el trono de la reina Isabel II arrancó a las 10.30 GMT en la Catedral de San Pablo en Londres sin la presencia de la monarca, que sigue el acto por televisión al haber sufrido “ciertas molestias” y es sustituida por su hijo Carlos de Inglaterra.
El heredero al trono, primogénito de la soberana, representa hoy a su madre en el servicio de Acción de gracias, donde están otros miembros de la familia real como su esposa, la duquesa de Cornualles o los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina.
Otros miembros de la familia real -primos, nietos- de Isabel II acudieron juntos a la catedral.
Miembros de las Fuerzas Navales, del Ejército británico y de las Fuerzas Aéreas del país, ataviados con uniformes rojos y gorros de piel de oso, flaquearon la entrada “Great West Door” de la Catedral antes del inicio de la misa.
Acudieron a la ceremonia los duques de Sussex, Enrique y Meghan, que han mantenido un perfil muy bajo en esta visita al Reino Unido desde que abandonara sus funciones oficiales con la monarquía para mudarse a Estados Unidos hace dos años.
La pareja presenció ayer el desfile militar Trooping The Colour si bien lo hicieron alejados de los focos, desde la exoficina del Duque de Wellington, acompañados de más de 30 miembros de la familia.
El arzobispo de York, el reverendo Stephen Cottrell, es hoy el encargado de conducir la ceremonia religiosa en lugar del arzobispo de Caterbury, el reverendo Justin Welby, que ha contraído covid-19.
Entre los 2.000 invitados, estuvieron en la misa el primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, junto con su esposa, Carrie, y el líder del opositor Partido Laborista, Keir Starmer, así como otros representantes políticos para rendir tributo a los 70 años de servicio de la soberana.
Fueron también invitadas 400 personas que han recibido reconocimientos de Isabel II por sus servicios al NHS -sistema público de salud- y otros funcionarios del país considerados esenciales por su trabajo durante la pandemia.
Como indició un comunicado oficial ayer, la soberana presencia el servicio desde su residencia en Windsor (Berkshire) y se espera que descanse durante el resto de la jornada tras haber presenciado el jueves desde el balcón del palacio de Buckingham (Londres) el vuelo rasante de aviones militares, tras el desfile militar que marca su cumpleaños, y después de haber acudido anoche a la iluminación de unas balizas en el castillo de Windsor.
Un portavoz oficial del palacio de Buckingham señaló que “la reina disfrutó mucho el desfile de cumpleaños y el vuelo (de ayer), pero experimentó algunas molestias”.
EFE