Rusia viene usando desde hace años los ataques cibernéticos en su conflicto con Ucrania (que comenzó en 2014 cuando el Kremlin anexó Crimea), pero la invasión del país vecino ha provocado ahora una reacción sin precedentes entre los “hackers” ucranianos y quienes se solidarizan desde el extranjero. El país creó un “ejército de piratas informáticos voluntarios” para eliminar sitios web rusos, utilizó el sistema de Internet satelital Starlink para mantener las comunicaciones mientras su propia infraestructura estaba siendo destruida y lanzó una guerra relámpago en las redes sociales para ganar el apoyo de todo el mundo.
En cambio, los líderes de Rusia, a pesar de tener un ejército tradicional mucho más poderoso, se han estancado en una estrategia obsoleta del siglo anterior. En una entrevista de Wired con Volodimir Zelenski, se explica cómo los sistemas de seguridad cibernética rusos también eran frágiles, ya que los piratas informáticos que se habían inscrito en este ejército de IT lanzaban continuamente ataques distribuidos de denegación de servicio contra sitios web rusos, además de publicar propaganda y noticias a favor de Ucrania en sitios que Rusia aún no había censurado.
Y estos hackers, como explica el artículo, no eran guerreros cibernéticos maestros con entrenamiento en operaciones clandestinas, sino adolescentes y veinteañeros que aprendieron por su cuenta con tutoriales de Internet el arte de la piratería informática básica en unos pocos días. Y tras unas pocas semanas de práctica pudieron atravesar las débiles defensas de Rusia y su vasto manto de censura en tiempos de guerra.
“En los primeros días de la guerra, dedicamos mucho tiempo a la logística de una batalla en el ciberespacio”, aseguró Zelenski en diálogo con Wired. “Creo que este es el futuro, y se convirtió en nuestro, creo, tercer ejército. Probablemente tenemos varios ejércitos: nuestro Ejército Popular, las Fuerzas Armadas de Ucrania y el Ejército de IT. El Ejército de IT hizo mucho por la ciberdefensa de las instituciones que fueron fuertemente atacadas. Los invasores querían hacer caer el Banco Nacional y el Gabinete de Ministros. Querían talar todo para que no pudiéramos darle a la gente sus sueldos y pensiones, que no hubiera luz ni comunicación, que la gente no pudiera escucharme y escucharnos a todos, escuchar información en vivo. Nuestro ejército de IT funcionó bien aquí”.
“Estamos todos en una red social. Ya no se trata de si es bueno o no; la mayor parte de nuestras vidas ya están en línea. La gente estudia en línea, obtiene información; la gente lee, la gente lo usa. Este es nuestro mundo ahora. Esta dividido. Internet es una realidad. No es otro mundo, sino una realidad moderna. Así que si quieres que la gente te perciba como eres, debes usar lo que la gente usa”, respondió a una de las preguntas de Geoffrey Cain.
“Desafortunadamente, a veces los jóvenes no digieren piezas largas de información. Quieren desplazarse y obtener información cada vez más nueva. Un consumo tan rápido lleva a que haya que darle a la gente 10, 20 o 30 segundos de vídeo para que no pierda el interés”, se lamentó.
Sin embargo, aclaró que “cada generación sigue siendo más inteligente que la anterior. El futuro es aún más amplio que el pasado, y si intentas relacionarte con la gente, encontrarás un lenguaje común. A veces, sus respuestas largas, preguntas largas y programas largos también tendrán mucho apoyo y la gente se acostumbrará. La gente no se quedará con algo poco interesante. La gente no tolerará algo engañoso; la gente no tolerará a los dictadores. Si les hablas con honestidad, sinceridad y franqueza, te conectarás con la gente”.
Se lamentó también de que hay muchas grandes empresas tecnológicas que continúan operando en Rusia: “Cuando recuperamos armas rusas durante o después de las batallas, descubrimos que muchos proyectiles y partes de armas fueron fabricados por compañías occidentales. Entonces, de hecho, estamos luchando no solo contra Rusia sino también contra todas esas empresas. Hemos hecho un llamamiento a esos países para que pongan fin a esa cooperación”.
¿Y qué ocurre con las empresas de rees sociales? Según Zelensky, “algunas plataformas y redes sociales ya se han ido de Rusia, lo cual me parece muy importante, porque no me gustaría que se dejen influenciar por las políticas internas del país. Lo que pasa es que esas empresas son las que ahora tienen toda la influencia. Hay una información, llámela como quiera, un muro, o un submarino de información, donde está la gente de la Federación Rusa. Debido a este velo, hecho por la élite política de la Federación Rusa, están en su propio espacio informativo, y ese espacio es alimentado por el Kremlin, que solo les da la información que les es favorable. No hay libertad en su espacio”.
Por eso, cree que “algunas plataformas grandes y geniales, a pesar de estar bloqueadas en Rusia, deberían encontrar una forma tecnológica, ideológica o creativa de mostrarles la verdad de nuestra realidad para que los rusos entiendan que viven en otro mundo. Lo principal es que las personas en las plataformas de redes sociales viven en libertad, y los rusos están fuera de ella, como si estuvieran en otro planeta”.
Sobre si el sistema Starlink, la constelación de satélites de SpaceX que brinda a las personas acceso a Internet, es efectivo, Selensky asegura que lo es. “Nos ayudó mucho, en muchos momentos relacionados con el bloqueo de nuestras ciudades, pueblos y relacionados con los territorios ocupados. A veces perdíamos completamente la comunicación con esos lugares. Perder el contacto con esas personas es perder el control por completo, perder la realidad. Créame: las personas que salieron de las ciudades ocupadas, donde no había asistencia como Starlink, dijeron que los rusos les dijeron que Ucrania ya no existe, y algunas personas incluso comenzaron a creerlo. Estoy muy agradecido por el apoyo de Starlink”.