Johnny Depp festeja 59 años y su regreso de la cancelación: las mujeres y los amigos que nunca lo abandonaron

Johnny Depp festeja 59 años y su regreso de la cancelación: las mujeres y los amigos que nunca lo abandonaron

 

“A todos los que me apoyaron leal e inquebrantablemente y tanto valoro: Hemos estado juntos en todas partes, lo hemos visto todo. Caminamos juntos por los mismos lugares. Hicimos lo correcto juntos, y fue porque ustedes se preocuparon por eso. Y ahora, seguimos adelante todos juntos. Ustedes son, como siempre, mis empleadores y, una vez más, me reduzco a la nada para agradecerles, porque no alcanza con decirles gracias. Así que gracias. Los amo y los respeto”.

Por Infobae

El mensaje tiene unos días y Johnny Depp lo compartió en su cuenta de Instagram junto a un video que lo muestra llegando a los tribunales de Virginia entre miles de fans que sostienen carteles a favor del actor y corean su nombre e inclinándose ante el público que lo aplaude en un recital en Inglaterra la semana pasada.

El mismo nombre que en los últimos cinco años se había convertido en mala palabra en la industria cuando, en medio de su conflictivo divorcio con Amber Heard, los trascendidos y los tabloides lo señalaron como un “golpeador de esposas”. Depp había perdido en 2020 un juicio en el Reino Unido contra The Sun por llamarlo así, pero entonces –pese al desfile de testigos que aseguraban que no era un hombre violento– primó el derecho a la libertad de expresión.

Ahora el jurado popular de Fairfax, donde se imprime The Washington Post, acaba de darle una victoria moral sobre su ex mujer –la actriz de la que se enamoró perdidamente en el rodaje de The Rum Diary y por la que dejó a su pareja de más de una década y madre de sus hijos, Vanessa Paradis–, a quien acusó de difamación por una columna publicada en ese medio en la que se definía como “la imagen de la violencia doméstica”.

 

El actor Johnny Depp salió victorioso de su amargo y publicitado pleito contra su exesposa Amber Heard, a pesar de que los miembros del jurado concluyeron que las dos estrellas de Hollywood se habían difamado mutuamente (AFP)

 

El fallo –que obliga a Heard a pagarle US$15 millones y a él otros US$2 por la contrademanda que ella le inició- no tenía el poder de declararlo inocente, pero sí determinó que ambos se difamaron mutuamente. Y fue, sobre todo, la oportunidad de que uno de los artistas más talentosos de su generación, adorado tanto por quienes fuimos adolescentes en los 90 –cuando él y su amigo River Phoenix eran la cara de una nueva masculinidad sensible que, como dijo Depp en el juicio, sólo era capaz de abusar de sí misma (hasta la muerte trágica y prematura, en el caso de Phoenix)–, como por los chicos que crecieron con la saga de Piratas del Caribe, pudiera contarle al mundo su verdad y recuperar su imagen.

Y eso fue lo que ocurrió: hoy hasta sus abogados son aclamados. Kathleen Zellner, una de las cabezas de su equipo legal, contó esta semana en una entrevista se decidió a aceptarlo como cliente tras un llamado que hizo Depp a su estudio en el que le decía que la había visto decir en un documental de Netflix (Making a Murder, 2015) asegurar que ella “sería la última persona que alguien contrataría si fuera culpable”. Así, el operativo para limpiar su reputación sigue adelante, mientras Depp parece listo para relanzar su carrera. No son pocos motivos para celebrar su cumpleaños número 59 como no pudo hacerlo en el último lustro.

 

El actor Johnny Depp junto al Jeff Beck en el escenario durante el concierto en Gateshead, Gran Bretaña, el 2 de junio de 2022 (REUTERS)

 

El actor nacido en Kentucky el 9 de junio de 1963 que dejó la secundaria a los 16 porque quería ser una estrella de rock, volvió a los escenarios de la mano de su primer amor: la guitarra. Al día siguiente del veredicto, el músico inglés Jeff Beck anunció en un recital en Gateshead que grabará un disco con Depp, que se sumó a su tour británico apenas terminó el juicio. En el concierto, los fans adelantaron el festejo cantándole espontáneamente el Happy Birthday.

Con Beck –uno de sus más íntimos amigos, con quien ya grabó un tema en 2020, en su peor momento– encabezó una bacanal en un restaurante indio de Birmingham para brindar por su triunfo. Hubo arriba de 20 invitados vip y una cuenta generosa: el actor gastó más de US$62.000. Una ganga frente a lo que representa financieramente la posibilidad de retomar su vida pública y sus contratos, como el de la millonaria franquicia Piratas del Caribe.

“Lo mejor está por venir y un nuevo capítulo ha comenzado finalmente”, repite el ex Joven Manos de Tijera desde que se convirtió en la figura más representativa en contra de la cultura de la cancelación. Los expertos esperan que ahora incluso sea más la gente dispuesta a comprar su álbum o ver sus próximas películas por la fiebre que generó el caso y los miles de fanáticos en todo el mundo que querrán manifestarle su cariño de alguna manera.

 

Johnny Depp y Winona Ryder en una escena de la película “El joven manos de tijera”, 1990 (20th Century-Fox/Getty Images)

 

Claro que es sólo una cara que está lejos de poner fin al dedo acusador que destruye carreras en base a juicios morales sumarísimos. Basta con ver la suerte de Heard, eliminada su participación en Aquaman y el nombre puesto para sumarse a las listas negras de Hollywood. Los expertos también coinciden en eso: a los 36 años, su vida como actriz tiene pocas chances de sostenerse y sólo le resta apelar, aunque quizá el resultado para su imagen sea todavía peor.

Depp es más conocido por sus magistrales protagónicos en Pánico y Locura en Las Vegas (1998), Descubriendo Nunca Jamás (2004) o su Willy Wonka de Charlie y la fábrica de chocolate (2005), pero su primer acercamiento al arte fue a través de la guitarra que le regaló Robert Palmer, el segundo marido de su madre, Betty Sue, cuando tenía sólo 12 años. Ese hombre que murió en el 2000, después de pasar la mitad de su vida en la cárcel de Statesville, cerca de Chicago, fue quien también lo introdujo en el alcohol, pero el actor aún lo siente “una inspiración”.

 

“Mi padrastro fue un tipo fuera de serie y también un poco un vagabundo. Y tenía este brindis: ‘Por vos, tan bueno como sos. Por mi, tan malo como soy’”, dijo Johnny sobre el hombre que le regaló la primer guitarra pero también lo introdujo al alcohol (EFE)

 

Seis años atrás, apenas unos meses antes de que estallara el escándalo de su relación tóxica con Heard, Depp le dedicó a Palmer en los Grammys el tema As bad as I am, que tocó con su banda: “Mi padrastro fue un tipo fuera de serie y también un poco un vagabundo. Y tenía este brindis: ‘Por vos, tan bueno como sos. Por mi, tan malo como soy’. Todavía sos tan bueno como eras y yo tan malo como entonces, Robert”.

Con la guitarra que le regaló su padrastro, Depp formó su primer grupo de rock en Florida: The Kids. Era un adolescente rebelde y guapísimo cuando conoció a la que sería su primera mujer, la hermana del bajista. Lori Anne Allison le llevaba cinco años y lo veía ensayar todos los días en el garage de su casa. Las cosas entre ellos se pusieron serias casi sin que se dieran cuenta. Se casaron en diciembre de 1983, cuando Depp tenía 20, para mudarse a Los Ángeles con el resto de la banda.

Estaban decididos a hacer historia en la música y como pareja. Ella era –y sigue siendo– maquilladora, pero quería ser manager, y encontró rápidamente un lugar en la industria. De hecho, fue quien le presentó a Nicholas Cage, su primer amigo y compañero de copas en Hollywood. Cage fue, a su vez, el que convenció a Depp de que tenía que probar suerte como actor y le consiguió una audición con Wes Craven para Pesadilla en la Calle Elm (1984), la primera de las películas de la saga de Freddy Krueger. Así, casi por accidente, Johnny se convirtió también en una de las primeras víctimas del mayor ícono del terror de los ochentas, y encontró una carrera con la que jamás había soñado.

La vida de músico no pagaba bien, y en cambio los castings se sucedieron uno tras otro. En el camino, su matrimonio con Lori Anne naufragaba. Se divorciaron en 1985, pero su amistad no se terminó nunca. No sólo ella sigue siendo conocida como Lori Depp, sino que no ha dudado en defenderlo: “Es talentoso como músico y como actor, y puede ser un pirata como nadie en esta industria, pero sobre todas las cosas es una persona de buen corazón”, dijo hace unos años la make-up artist.

Pero aunque Depp encontró un destino de éxito en la actuación, nunca abandonó su actitud ni el deseo de ser un rockstar. Tocó en la fugaz banda P, y llegó a compartir escena con los Red Hot Chili Peppers y los Sex Pistols. Colaboró con Oasis, Iggy Pop y el inefable Marilyn Manson, entre muchos otros. Hollywood Vampires es la formación que integra desde 2015 junto a Alice Cooper y el ex Aerosmith Joe Perry.

En el recital que marcó su regreso triunfal la semana pasada en Inglaterra, además de inclinarse ante el público, Depp contó que conoció a Beck cinco años atrás y que desde entonces nunca dejaron de reírse. No es casual que haya decidido volver de la mano de un amigo que lo eligió en las malas: si algo pasó en limpio el actor en este tiempo de ostracismo forzado es quiénes eran los amigos del campeón y quienes, en cambio, no lo abandonaron.

Entre ellas se cuentan siete de sus ex mujeres, de Lori Anne a la madre de sus hijos, pasando por sus dos noviazgos más publicitados, con Winona Ryder –con quien formó una de las parejas más icónicas de los tempranos 90–, y Kate Moss –cuya declaración en el juicio contra Heard fue decisiva–.

 

Depp en la piel de Jack Sparrow en Piratas del Caribe (Film Frame)

 

Hasta Sherilyn Fenn, a quien conoció en el ‘87 cuando era la estrella de la serie Twin Peaks no dudó en defenderlo ante los medios. Se habían visto por primera vez en el set de la serie 21 Jumpstreet, el policial con el que el actor saltó definitivamente a la fama, y los rumores sobre su relación, y hasta sobre su eventual compromiso fueron imparables desde ese mismo segundo.

No lo confirmaron en esa época, pero en 2017, después de que el nombre de Depp se instaló en los titulares de los tabloides por las acusaciones de Heard, Fenn dijo en una entrevista con The Big Issue: “Salimos por dos años y medio, cuando recién empezábamos en la industria los dos. Fue mi primer amor y era muy dulce. Yo era chica y por primera vez encontré un amor de verdad, alguien que estaba transitando lo mismo que yo, con una conexión muy fuerte –cocinábamos, estábamos juntos, nos reíamos y llorábamos–. Lo conozco como un ser humano, más allá de la estrella de cine en la que se convirtió, y lo quiero por eso”.

“Nos prendíamos fuego”, contó hace un mes a People Jennifer Grey sobre su relación con Depp. La protagonista de Dirty Dancing escribió en sus memorias Out of the Corner, que acaban de publicarse, que el actor le pidió casamiento a las dos semanas de que empezaron a salir, en 1989. Fueron una pareja simbiótica, de esas que hasta se visten iguales: “¡Hasta usábamos camperas de cuero gemelas!”.

En su libro transcribe párrafos de su diario de la época: “Estoy segura de que estoy enamorada por primera vez en mi vida… Es bueno, amable, divertido, inteligente, moral, empático y respetuoso”. La relación duró nueve meses, según Grey, porque él “se frustraba cada vez más a medida que se hacía más famoso”. Lo dejó con una nota en su cuarto de hotel, pero se llevó de él los mejores recuerdos: venía de una tragedia terrible, un accidente de auto en el que manejaba su ex, Matthew Broderick, en el que los dos resultaron heridos y sus dos acompañantes murieron, y su historia con Depp fue como un bálsamo. “Me sentía compensada por Dios después de toda la mierda por la que había pasado”, escribe.

 

Winona Ryder y Johnny Depp: cuando él la conoció sintió que había encontrado al amor de su vida (Barry King/WireImage)

 

Justo entonces Johnny conoció a quien creyó el amor de su vida, Winona Ryder. Estuvieron juntos cuatro años, hasta 1993, y fueron la pareja joven más emblemática de la época. Se cruzaron por primera vez en la première de la película Great balls of fire (1989), que protagonizaba Ryder, y para los dos fue amor a primera vista. Se mudaron juntos a los pocos meses y el romance se selló en la pantalla grande bajo la lente de Tim Burton en El joven manos de tijera (1990). En la película, quizá profética, ese chico raro, oscuro, pero en el fondo inocente y romántico, que terminó por convertirse en el actor fetiche del director californiano, es acusado de un crimen terrible que no cometió, y salvado por Kim, el personaje de Winona.

Además de comprometerse formalmente fuera de la ficción, Depp se tatuó en un brazo “Winona Forever”. En una entrevista de la época a la Rolling Stone, Depp confesó: “No hubo nada en mis 27 años que se compare a lo que siento por Winona. Es como un vínculo atómico. Podés creer que algo es real, pero es totalmente diferente cuando lo sentís de verdad”.

Cuando se separaron él ya tenía problemas con el alcohol y acababa de pasar por la muerte por sobredosis de Phoenix, uno de sus mejores amigos. No le costó nada borrar las dos últimas dos letras del nombre de su ex novia para que se leyera: “Wino Forever”. Burton diría más tarde, sin embargo, que al trabajar con él después de su ruptura sentía como si “Winona se hubiera llevado su alma y su corazón”.

La actriz es una de las ex de Depp que lo sostuvieron a capa y espada frente a las denuncias de Heard, como testigo tanto en la causa que Depp ganó en Virginia, como en la que perdió contra The Sun en 2020. “Conozco muy bien a Johnny desde hace años. Estuvimos juntos como pareja por cuatro años, y lo consideré mi mejor amigo y tan cercano como si fuera mi familia. Para mí nuestra relación es una de las más importantes que tuve en mi vida”, dijo Ryder bajo juramento

“Entiendo que es muy importante que hable desde mi propia experiencia –siguió la actriz de Reality Bites (1994)–, porque obviamente no estuve ahí durante su matrimonio con Amber, pero, desde esa experiencia, que fue tan diferente, me shockeó, me confundió y me enojó por completo cuando supe de las acusaciones en contra de él. La idea de que es una persona increíblemente violenta es lo más alejado del Johnny que yo conocí y amé. Y no puedo hacerme a la idea de que estas acusaciones sean reales. El nunca jamás fue violento conmigo. Nunca fue violento o abusivo con nadie frente a mí. Honestamente, yo sólo lo conozco como un hombre realmente bueno –un tipo increíblemente amoroso, cuidadoso que era tremendamente protector conmigo y las personas que amaba, y que me hacía sentir completamente segura”.

El final entre ellos había sido cualquier cosa menos bueno. Deprimida, Ryder, que era “virgen de todo” cuando lo conoció y ha contado que hasta se dio su primer beso fuera de la ficción con el actor, también se refugió en el alcohol y vivió un episodio casi fatal, cuando se quedó dormida con un cigarrillo encendido en un cuarto de hotel, mientras crecían las versiones sobre el nuevo noviazgo de él con la supermodelo Kate Moss. Sin embargo, en su testimonio ante el tribunal, no dejó lugar a dudas: “Yo no quiero llamar mentirosa a nadie, pero desde mi experiencia con Johnny, me es imposible creer que estas acusaciones horribles sean ciertas. Y me enojan muchísimo, conociéndolo como lo conozco”.

La prensa británica bautizó de inmediato a la historia entre Depp y Moss, que estuvieron juntos entre 1994 y 1998, como un “romance cocainómano”. Kate siempre lo recordaría como la primera persona que realmente se preocupó por ella en una industria descarnada que la había explotado desde que era apenas una adolescente. Los episodios con los que llenaban las tapas de los tabloides por entonces eran considerados parte de la estética de la época, de la que ellos eran los dos máximos exponentes.

Que vivieran de fiesta, siempre borrachos, y también drogados, o que destrozaran hoteles en sus peleas –él terminó preso después de una discusión en el The Mark de Nueva York y tuvo que pagar US$10.000 por los daños que atribuyó a “un armadillo escondido en el placard”; a ella le prohibieron para siempre la entrada al Hotel de Cap de Cannes, después de uno de sus últimos encuentros– era parte de lo que los paparazzi y los editores de revistas adoraban en ellos: el grunge, el heroin chic, el estilo peligrosamente rebelde y enfermo que ya le había costado la vida a Phoenix en el Viper Room de Hollywood.

Cuando se conocieron en el Café Tabac de Nueva York, en enero de 1994, Moss tenía 19 y Depp, 30. Ella ya era venerada en Londres, pero estaba terriblemente sola: “Nadie había sido capaz de cuidarme y, mientras estuvo conmigo, Johnny lo hizo. Encontré que podía creer en él y en lo que me decía. Podía preguntarle ‘¿Qué hago?, y él me aconsejaba. Supe desde la primera vez que nos vimos que íbamos a estar juntos”, dijo Moss en 2017 a Vanity Fair.

 

Amber Heard y Johnny Depp cuando todavía no se conocía la relación tóxica que estaban viviendo (Kevin Mazur/WireImage)

 

Durante el juicio en Virginia, Heard justificó que le pegó en la cara a su ex marido porque su hermana Whitney se interpuso en una discusión entre ellos justo en una escalera y eso le recordó un supuesto incidente en que el actor habría empujado a Moss escaleras abajo cuando era novios en los noventas, algo que ya había declarado antes en los tribunales británicos: “Ella estaba tratando de hacer que Johnny se detuviera. Estaba de espaldas a la escalera, y Johnny se balancea hacia ella… –declaró Heard–. No lo dudé ni un segundo, instantáneamente pensé en Kate Moss y las escaleras.”

La eterna supermodelo británica hizo una excepción a la que es su regla de oro desde siempre y se expuso ante los medios para testificar en favor del hombre del que, según contó en 2017 a Vanity Fair, cuando ya había estallado el escándalo entre el actor y Heard, se separó porque ella quería tener hijos y él no estaba listo. En esa nota también confió cuánto lo extrañó: “Había perdido a la persona en la que más confiaba. Fue una pesadilla. Años y años de llorar, ¡ay, cuántas lágrimas!”. En el juicio contra Heard, fue contundente: “Nunca me empujó, ni me dio una patada, ni me tiró por ninguna escalera”.

Alguna vez Depp había aceptado en una entrevista con Hello que la de ellos fue una relación apasionada pero tremendamente tóxica: “Nunca antes había sido tan emocional con una mujer. Fui un estúpido, porque teníamos muchísimo. Me hago cargo de lo que pasó: me puse difícil de tratar, dejé que el trabajo se metiera en el medio y no le presté la suficiente atención. Me convertí en alguien horrible en la convivencia, créanme, puedo ser un tarado a veces”.

Por entonces, el actor no tardó en encontrar consuelo en brazos de un nuevo amor. Conoció a Vanessa Paradis en 1998 mientras filmaba La novena puerta en París con Roman Polanski. Y también se enamoró perdidamente de la actriz y cantante francesa en cuanto la vio: “Tenía puesto un vestido con la espalda descubierta, y le vi primero esa espalda y el cuello, y después se dio vuelta y le vi los ojos y ¡boom!”.

Con ella sí sintió que estaba listo para formar una familia: Lily-Rose nació el 27 de mayo de 1999; John Christopher “Jack” Depp III, el 9 de abril de 2002. Estuvieron juntos catorce años; el actor había conocido a Heard mientras filmaba The Rum Diary en 2009 y la separación se hizo oficial en 2012. Un año después, le dijo sobre la ruptura a la Rolling Stone: “No fue fácil para ella. No fue fácil para mí. No fue fácil para los chicos. No hace que se termine el hecho de que esa persona te importa, que es la madre de tus hijos, que la vas a conocer para siempre, y que siempre va a estar en tu vida precisamente por esos chicos. Y tenés que tratar que salga de la mejor manera.”

Paradis respaldó cada una de esas palabras con su apoyo incondicional desde que salieron a la luz las primeras acusaciones de Heard, aún cuando el padre de sus hijos la dejó por esa mujer: “Fuimos amigos por catorce años y criamos dos hijos hermosos –declaró en 2020–. Es un hombre generoso, atento, amable y para nada violento. Sé lo que alega Amber Heard, pero no tiene nada que ver con el Johnny que conozco; nunca fue violento o abusivo conmigo”.

Otros amigos famosos se sumaron en su defensa y son los que más cerca estarán hoy de Depp cuando sople esas 59 velitas que suenan a reivindicación. Penelope Cruz, que es junto con su marido, Javier Bardem, una de sus más cercanas –ella filmó con él Blow (2001) y los tres trabajaron juntos en Piratas del Caribe, además de que los españoles se casaron en la isla de Depp en las Bahamas– ha declarado que siempre la impresionó “su amabilidad, su mente brillante, su talento y su sentido del humor. Lo he visto en situaciones muy distintas, y siempre ha sido amable y generoso con todos”.

Bardem dijo a su vez que lo apoyaba porque siempre vio en él “a un hombre cuidadoso y atento y a un artista extraordinario que siempre escuchó a todos los que necesitaban ayuda. Y no sólo lo amo, sino que lo respeto profundamente y le agradezco por ser tan libre en su arte, y tan amable y maduro en su vida. Lo amo porque es una buena persona atrapada en las mentiras y manipulaciones de una relación tóxica¨.

Libre del peso de las acusaciones, los expertos dicen que es importante que de aquí en más Depp de cada paso en su carrera con cautela para evitar otra crisis de reputación. Está bien que quiera retomar su vida, pero no puede pasar otra vez de víctima a villano. Lo mejor que puede hacer, dicen, es no volver a hablar de Heard: que no parezca que ahora sí quiere hacerle daño si es que no lo buscó antes. Ya todo el mundo siguió en vivo los pormenores de esa relación que, según el propio actor, escaló hasta “un horror que nadie merece vivir”.

También tiene sentido que ese hombre que casi siempre se escudó en el cine detrás de máscaras –de Edward Scissorhands a Jack Sparrow– hoy pueda por fin plantarse sin disfraces ante sus fans, sin ser ni una Cenicienta ni un Cuasimodo –como dijo sentirse en el juicio que acaba de cerrarse– y contar su parte de la historia. “No entendí muy bien cómo de repente fui culpable hasta que se probara mi inocencia”, dijo Depp hace unos días ante el jurado. Es una pregunta para la que hoy puede celebrar que haya respuesta.

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