“Me falló el sistema. Literalmente perdí órganos”. Cuando Chloe tenía 12 años, decidió que era transgénero. A los 13, salió del armario con sus padres. Ese mismo año, le recetaron bloqueadores de la pubertad y le recetaron testosterona. A los 15 años se sometió a una doble mastectomía. Menos de un año después, se dio cuenta de que había cometido un error, todo cuando tenía 16 años.
Por New York Post
Ahora con 17 años, Chloe es parte de una cohorte creciente llamada “destransicionistas”, aquellos que buscan revertir una transición de género, a menudo después de darse cuenta de que realmente se identifican con su sexo biológico. Trágicamente, muchos lucharán por el resto de sus vidas con las consecuencias médicas irreversibles de una decisión que tomaron cuando eran menores de edad.
“No puedo quedarme callada”, dijo Chloe. “Necesito hacer algo al respecto y compartir mi propia historia de advertencia”.
En los últimos años, la cantidad de niños que experimentan disforia de género en Occidente se ha disparado. Las cifras exactas son difíciles de obtener, pero, entre 2009 y 2019, los niños derivados para un tratamiento de transición en el Reino Unido aumentaron un 1000 % entre los hombres biológicos y un 4400 % entre las mujeres biológicas. Mientras tanto, la cantidad de jóvenes que se identifican como transgénero en los EE. UU. casi se ha duplicado desde 2017, según un nuevo informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades .
Históricamente, la transición de hombre a mujer era mucho más común, y esta cohorte experimentaba una disforia de género persistente desde una edad muy temprana. Recientemente, sin embargo, el statu quo se ha invertido y las transiciones de mujer a hombre se han convertido en la abrumadora mayoría.
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