Es uno de los mejores basquetbolistas de todos los tiempos, sino el mejor. Michael Jordan marcó una era con los Chicago Bulls que obtuvieron dos tricampeonatos en los años noventa. Fue MVP de esas seis finales, está en el Top 5 de máximos anotadores en la historia de la NBA, siendo el de mejor promedio, e integró 14 veces el Juegos de las Estrellas. Además, obtuvo dos títulos olímpicos con la selección de Estados Unidos, entre otros importantísimos logros.
Por: Clarín
“The Last Dance” permitió que el público general conociera el detrás de escena, lo que las transmisiones oficiales de los partidos no mostraban, su abrumadora mentalidad ganadora que llegó al punto de convertirse en obsesión. Pasan los años y su leyenda se agiganta, incluso para aquellos que ni siquiera lo vieron jugar.
Este fue el caso de unos jóvenes que se lo encontraron en un estacionamiento y quisieron retratar ese momento, pero el resultado estuvo lejos de ser el esperado. Se hizo viral un video en el que se ve a uno de ellos sobre un monopatín eléctrico pedirle una foto al astro estadounidense, pero éste se negó de manera tajante.
El encuentro ocurrió de casualidad, ya que estos fans se habían acercado hasta allí para ver a Lamelo Ball, estrella de los Charlotte Hornets, franquicia de la que MJ es propietario. Sin embargo, el que apareció fue Jordan.
“Ese no es Lamelo, pero es… ¡Michael Jordan, Michael Jordan?!”, exclamó uno de ellos con un tono de voz que reflejaba claramente la emoción del momento que estaba viviendo y no dudo en preguntarle: ¿Puedo tener una foto?
“Baja esa mierda ya”, ?respondió el estadounidense y repitió esa frase tres veces. Quien filmaba acató, en primera instancia, la orden, pero luego volvió a levantar la cámara de su teléfono y se pudo ver al ex basquetbolista escabullirse entre dos autos. Su respuesta incendió las redes sociales.
Michael Jordan really does not like kids! ? pic.twitter.com/lF9hQzWCRH
— Nice Kicks (@nicekicks) June 22, 2022
Un rey con pocas pulgas
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Es conocida la rudeza que lo caracterizó a lo largo de su carrera profesional, incluso con sus propios compañeros, a los que exigía hasta el punto de hacerlos llorar. Sam Smith, autor del libro “The Jordan Rules”, contó que en un vuelo de regreso a Chicago le quitó la comida a Horace Grant por considerar que no había jugado bien.
Scott Burrell fue otro de los que lo sufrió. Lo trataba de mal jugador, lo insultaba y hasta se reía de él en los entrenamientos, todo con tal de motivarlo. Y los malos tratos también le llegaban a sus rivales. Allen Iverson contó sobre la primera vez que vio a Jordan: “Me saludó diciéndome ‘¿Qué pasa pequeña puta?’ “.
Ahora le tocó padecerlo a un fanático que simplemente quería guardar una foto con su ídolo. Y no tardaron en aparecer quienes compararon esta actitud con la de otras leyendas del básquetbol como LeBron James, por tratarse del jugador actual al que mejor le cabe esa etiqueta. ¿Hubiera reaccionado de la misma manera el alero de Los Ángeles Lakers? Probablemente no. MJ era único. En todo sentido.