Las protestas en Ecuador contra el Gobierno del presidente Guillermo Lasso por el alto costo de la vida, lideradas principalmente por el movimiento indígena, tienen su contraposición con manifestaciones diarias de ecuatorianos contrarios a las movilizaciones que comenzaron el 13 de junio.
Desde hace algo más de una semana, un grupo cada vez más numeroso se concentra en uno de los barrios más acomodados de Quito para expresar su rechazo a las protestas antigubernamentales y principalmente hacia su líder Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).
Este sábado no fue la excepción y alrededor de un millar de ecuatorianos, la mayoría de ellos de clases altas, se reunieron en la avenida de Los Shyris al grito de “Fuera, Iza, fuera”, con multitud de banderas tricolores de Ecuador y blancas, en señal de paz.
Estas concentraciones se desarrollan a diario a unos 3,5 kilómetros al norte del parque de El Arbolito, el punto neurálgico en Quito de las manifestaciones convocadas por el movimiento indígena y el epicentro de los mayores disturbios ocurridos en la capital durante los últimos tres días.
Este grupo reclama volver a la normalidad, pues las protestas contra el Gobierno han paralizado casi por completo a Quito durante la última semana, ya que parte del servicio público de transporte ha sido suspendido debido a los numerosos bloqueos y cortes de vías que se han dado desde el inicio de la movilización.
Aunque su lema es la paz, los cánticos y carteles mostrados por este grupo de ecuatorianos en su manifestación expresan mensajes contra el correísmo e incluso acusan a Iza de terrorista, por considerarlo el responsable de los actos de violencia protagonizados por manifestantes en varios momentos de estas protestas.
Durante esta semana también ha habido más manifestaciones en Quito que reclaman una solución al conflicto, como un amplio cacerolazo que se dio en la noche del miércoles en numerosos barrios de la capital, convocado por su alcalde, Santiago Guarderas.
En este sábado se ha abierto un resquicio al diálogo al darse una primera toma de contacto entre los líderes de las organizaciones convocantes a la protesta y varios ministros del Gobierno de Lasso, en una reunión mantenida en la Basílica del Voto Nacional.
Las protestas comenzaron el 13 de junio convocadas principalmente por la Conaie, aunque luego también se adhirieron otras organizaciones de campesinos, así como sindicatos y federaciones de estudiantes.
Desde el movimiento indígena se exige el cumplimiento de un pliego de diez demandas, entre ellas que se reduzcan y congelen los precios de los combustibles, que se controlen los precios de los productos de primera necesidad, que no se privaticen empresas estatales y que no se amplíe la actividad petrolera y minera en la Amazonía.
Hasta el momento la movilización deja un saldo de 5 fallecidos y no menos de 200 heridos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, así como más de 100 detenciones.
EFE