Roxana Segovia decidió huir de la crisis económica y la violencia política en Venezuela. Vendió todo para costear su viaje, el de su esposo, sus dos hijos y su suegro. Cuando cruzaron la frontera sur de Estados Unidos solo traían algunas medicinas y la ropa que llevaban puesta.
Por El Nuevo Herald
Una vez que salieron de un centro de procesamiento de Inmigración se dirigieron a Miami para establecerse en esta ciudad que recibe cada vez más a migrantes venezolanos que carecen de recursos, incluso para alimentarse. Algunos viven en las calles, otros en sus vehículos o terminales de transporte.
El sur de la Florida cuenta con algunas organizaciones benéficas abocadas a prestar ayuda a los recién llegados, pero es muy poco lo que pueden hacer para contener la súbita aparición de tanta necesidad.
La avalancha de venezolanos llegando al sur de la Florida desde la frontera con México está colapsando a varias de esas organizaciones que tienen una larga lista de espera para abastecerlos con comida, ropa, zapatos e incluso juguetes para los niños.
“Ha habido un aumento realmente alarmante, muy significativo, al punto que nosotros como organización estamos colapsados para tratar de atender a todas las familias que están entrando por la frontera y llegando a Miami en situación de necesidad”, dijo a el Nuevo Herald Patricia Andrade, directora de Venezuela Awareness Foundation.
La organización, mediante su programa Raíces venezolanas, entrega ayuda básica al venezolano que llega a Miami sin recursos.
Andrade dijo a el Nuevo Herald que, cuando iniciaron el programa en 2016, atendieron a 576 familias; la cifra aumentó a 680 al año siguiente y a 720 en 2018. El número bajó a 525 en 2019 porque la organización se mudó y se mantuvo igual en 2020 debido a la pandemia del COVID-19.
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