Un alemán de 23 años sorprende al mundo luego de dejar sin argumentos a la ciencia, que hasta ahora creía que era imposible dilatar y contraer las pupilas a voluntad, sin los trucos mentales que utilizan otras personas, como imaginar un ambiente oscuro o una luz brillante.
Por: Clarín
Un nuevo estudio fue presentado en el prestigioso órgano médico International Journal of Psychophysiology y fue firmado por los especialistas Lisa Eberhardt, Georg Grön, Martin Ulrich, Anke Huckauf y Christoph Strauch.
En la presentación se informa que según sus conclusiones, el joven estudiante de psicología que fue objeto del estudio ejerce un control voluntario directo del tamaño de la pupila.
El profesor Christoph Strauch, del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Utrecht, dio con este estudiante que lo hace con una naturalidad asombrosa.
Como si se tratara del obturador de una cámara, las pupilas de los ojos se dilatan para dejar entrar más luz en un ambiente oscuro y se contraen para limitar la cantidad de luz en un espacio luminoso, aunque otros factores, como la excitación sexual o el uso de drogas, también pueden dilatarlas. Dos pequeños músculos opuestos hacen posible este movimiento que se creía automático.
Se conocen casos de personas que pueden cambiar el tamaño de sus pupilas utilizando métodos indirectos, como pensar en el sol para contraerlas o hacer un cálculo mental para dilatarlas.
“Le mostré a un amigo que puedo hacer temblar mis globos oculares y él notó que mis pupilas se volvían pequeñas”, dijo en una entrevista el joven. “Contraer la pupila se siente como agarrar, tensar algo; dilatarla se siente como liberar algo completamente, relajar el ojo”, agregó luego de contar que esto lo hace desde los 15 años, cuando jugaba durante horas y horas frente a una pantalla de video juegos.
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