El Tour de Francia comenzó este viernes por la tarde en Copenhague, con una contrarreloj de 13,2 kilómetros, en la primera de las 21 etapas de la carrera más célebre del mundo, que fue ganada estos dos últimos años por el esloveno Tadej Pogacar, favorito a su sucesión.
Tras el francés Jérémy Lecroq, el primero en lanzarse a las 16h00 francesas (14h00 GMT), en una carretera mojada por la lluvia, los otros 175 ciclistas debían partir de minuto en minuto, ante la presencia de mucho público.
La llegada del último ciclista está prevista poco después de las 19h00 locales (17h00 GMT) en la ciudad “más ciclable del mundo”, que conocerá en ese momento el nombre del primer maillot amarillo.
Contrariamente a la tradición, la casi totalidad de los ciclistas que aspiran al triunfo en la etapa o al podio final, el 24 de julio en París, han elegido partir en la primera mitad de la jornada y no en las últimas posiciones.
Sus equipos respectivos tuvieron en cuenta las previsiones meteorológicas que anunciaban “un riesgo moderado de lluvia durante la tarde y más fuerte en la segunda parte y en el final de la etapa”.
De este modo, Pogacar, gran favorito a su sucesión en la clasificación final y candidato a una tercera victoria pese a su juventud (23 años), optó por salir poco después de las 17h00 (15h00 GMT).
El esloveno saldría justo después de los dos favoritos del día, el italiano Filippo Ganna, campeón del mundo de contrarreloj, y el belga Wout van Aert, segundo en los dos últimos Mundiales.
Por su parte, el esloveno Primoz Roglic y el danés Jonas Vingegaard, que comparten las responsabilidades de líder en el seno del equipo Jumbo, principal fuerza de oposición, habrán terminado ya su recorrido cuando Pogacar entre en escena.
El público, que se mostró entusiasta el miércoles en el Parque Tívoli, en la presentación de los equipos, se acercó en gran cantidad a lo largo del recorrido alrededor de la capital danesa, en un trayecto contrarreloj que pasa delante de los principales lugares turísticos de la ciudad, como el Monumento a La Sirenita (Km 9,2) y el Palacio Real (Km 10,3), desde donde el príncipe heredero tiene previsto ver la carrera.
AFP