Familiares y allegados del ex primer ministro japonés Shinzo Abe asistieron hoy a su funeral en el templo budista Zojoji de Tokio, donde miles de personas se congregaron para ver marchar su coche fúnebre y dar un último adiós al político.
La ceremonia comenzó a las 13:00 hora local (4:00 GMT) de este martes en la más estricta intimidad, con la asistencia de su viuda, Akie, el actual primer ministro, Fumio Kishida, y el secretario general de su formación, el Partido Liberal Democrático (PLD), Toshimitsu Motegi, entre otras figuras cercanas a él.
El matrimonio Abe no tiene hijos.
Desde primera hora del día, miles de personas iban y venían del templo, al que se acercaron para presentar sus respetos y entregar ofrendas de flores en un altar con fotos sonrientes del difunto instalado en un área del recinto abierta al público. En las inmediaciones se había llevado a cabo un fuerte despliegue policial.
El flujo de gente superó con creces al de la víspera, cuando tuvo lugar el velatorio, pero reinaba la confusión sobre la accesibilidad al templo dado el carácter privado del evento. Asistieron entonces 2.500 personas entre figuras públicas y diplomáticas de numerosos países.
Meika Nakashima, de 72 años y residente de la vecina prefectura de Saitama, fue una de quienes se desplazaron hoy hasta Zojoji, portando un ramo de flores y un marco con numerosas fotografías del difunto Abe, incluida una tomada con ella el pasado 22 de junio.
“El señor Abe trabajó mucho por el país, pero ahora está muerto. He venido para orar para que descanse en paz”, dijo en declaraciones a Efe a su llegada a la entrada del templo.
RITO BUDISTA
Mientras la gente se amontonaba en el exterior, en un área privada tenía lugar el funeral por el rito budista, que generalmente consiste en la ofrenda de incienso mientras un monje entona sutras, oraciones y textos que contienen las enseñanzas del budismo.
Una vez terminada esta ceremonia, el féretro se sella y se traslada a un centro para su incineración.
Centenares de personas se aglutinaron en las aceras en el exterior del templo para ver pasar el coche fúnebre con los restos mortales de Abe de camino al crematorio.
En la parte frontal viajaba Akie con una tablilla de madera inscrita con el nombre póstumo entregado al difunto, una traducción para evitar su regreso si se le llama por su nombre en vida.
El vehículo recorrió varios puntos emblemáticos de la política en la ciudad, entre ellos el Kantei, la residencia y oficina oficial del primer ministro japonés, a cuya entrada se concentraron miembros del Gabinete, entre ellos el primer ministro Kishida.
El coche fúnebre también pasó frente a la Diera, el parlamento nacional, donde fue recibido por los miembros de las dos Cámaras, así como por la sede de su partido, el gobernante PLD.
HOMENAJE PÚBLICO FUTURO
Cuando concluya el crematorio, los familiares de Abe participarán en una ceremonia durante la que, usando palillos, introducirán los huesos restantes del difunto en una urna con sus cenizas.
Esta urna permanecerá siete semanas (49 días) en el domicilio de Abe y está previsto que posteriormente sean trasladadas a la tumba familiar situada en la prefectura de Yamaguchi, en el sudoeste del país, de donde proceden los ancestros del veterano político.
“Se ha ido tan repentinamente que parece que sigo en un sueño”, ha dicho Akie durante las exequias, según revelaron a la cadena de televisión Nippon TV algunos de los participantes.
La viuda de Abe recordó cómo había desayunado con él pocas horas antes del atentado que le costó la vida y dijo que se habría mostrado “contento de ver tanta gente” reunida por su funeral.
Abe falleció el pasado viernes tras ser disparado por la espalda por un hombre con un arma de fabricación casera mientras participaba en un acto electoral previo a los comicios parlamentarios parciales del domingo, en los que su partido cosechó una contundente victoria.
Se espera que las autoridades organicen un homenaje público al exmandatario en una fecha y lugar aún por determinar. EFE