Son unos seres pequeños, algunos con dos ojos y otros con solo uno, apenas se les entiende al hablar y tienen una inteligencia que se puede describir como limitada. Al diseñar a los minions, el equipo no tenía claro si iban a funcionar, pero 12 años después se han coronado como la saga de animación más taquillera de la historia, por encima de Shrek y Toy Story. Y su última película, Minions: el origen de Gru, ha logrado que el público se vista de traje y corbata para ir al cine, como si se tratara de una boda. Con esta quinta entrega, estrenada el 1 de julio, se han convertido en la única franquicia animada que ha conseguido superar la barrera de los 4.000 millones de euros de recaudación mundial. Y desde su primera película, en 2010, todavía no han conquistado el mundo, pero sí se han hecho con las salas de cine y con el corazón de los espectadores.
Por: El País
Su origen tiene sabor ibérico. Tras haber trabajado en películas como El jorobado de Nôtre Dame (1996), Hércules (1997) o Tarzán (1999), el animador español Sergio Pablos dejó Disney. Quería volver a Europa, crear su propia compañía y aplicar aquí todo lo que había aprendido al otro lado del charco. Cuando fundó The SPA Studios tuvo muchas ideas sobre qué historias contar, pero todas fracasaron y no llegaron a buen puerto. “Estábamos esperando a morir”, llegó a confesar el animador en su canal de YouTube. Pero Pablos todavía no había gastado todas sus balas. Pensó en una historia en la que un gran villano, el más malvado de todos y capaz de someter al mundo entero, tuviera que lidiar con ser el padre de tres niñas pequeñas. La propuesta gustó a Chris Meledandri, presidente ejecutivo de Illumination Entertainment, y con los directores Chris Renaud y Pierre Coffin, se pusieron manos a la obra.
La idea gustaba al equipo, pero, cuando pensaron en cómo ponerle la guinda, a Coffin se le ocurrió que este personaje malvado debería tener su propio ejército de esbirros. Al principio se pensó en que fueran unos súbditos fortachones, pero esa brutalidad no casaba con el tono de la película y sentían que necesitaban una vuelta de tuerca. “Rápidamente, nos dimos cuenta de que eran muy poco atractivos y convertían a Gru en un antihéroe totalmente antipático”, contó Coffin en The Guardian. Así que empezaron con las modificaciones: “Para hacerlo carismático [a Gru], tuvimos la idea de que conocería a todos sus pequeños ayudantes por sus nombres de pila, aunque había cientos, y de repente Gru lucía más simpático. Luego les pusimos gafas protectoras, agregamos monos de trabajo, haciéndolos parecer estas criaturas subterráneas del tipo de los hombres topo, les dimos un tono de piel amarillo cada vez más saturado y luego se convirtieron en los minions. Y desde esa primera escena supimos que le daban contrapeso a los otros personajes, tenían un gran potencial cómico y eran superlindos”.
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