El fin de semana se produjo la boda más inesperada del año. Jennifer Lopez y Ben Affleck se casaron en Las Vegas, en una ceremonia tan íntima que pocos estaban al tanto de la situación.
Tras dar a conocer la buena noticia a través de sus redes, trascendió el festejo improvisado que hubo: mientras viajaban en un jet privado de Las Vegas a Los Ángeles, comieron pizza con Coca Light.
Por TN
De acuerdo al sitio Page Six, los actores cenaron ese menú mientras volvían a su mansión tras haber concretado el sueño de casarse. Las únicas personas que estaban junto a ellos eran Seraphine, hija de Affleck, y Emma, de Lopez.
La actriz, según informó Page Six, fue a tomar sol al Lago Tahoe el fin de semana luego de que se enteró el viernes, horas antes de la boda, de que su exesposo se iba a volver a casar.
“Todo fue muy mínimamente planeado y, en gran parte, fue llevado adelante por el impulso del momento. Violet (la otra hija de Affleck) se quedó en la casa porque es extremadamente leal a su madre (Garner)”, sostuvo una fuente cercana al actor.
La decisión de haberse casado intempestivamente también dio que hablar. “Ella estaba lista para casarse desde la noche en la que Ben le propuso matrimonio. Quería bloquear cualquier posibilidad de que se acobardara”, lanzó el informante.