La movilidad en Caracas es una odisea para las personas con discapacidad

La movilidad en Caracas es una odisea para las personas con discapacidad

Manuel Mendoza se monta en su silla de ruedas agarrándose a la parte trasera de una motocicleta en el barrio La Paz de Caracas, Venezuela, el lunes 9 de noviembre de 2020. (Matias Delacroix/AP)

 

Las diligencias, paseos y todo lo que requiera traslado a pies o en transporte público por Caracas, es una carrera de obstáculos a librar para muchas personas con discapacidad. Se enfrentan a la insensibilidad de terceros, el deterioro de espacios públicos y el irrespeto por las señales de tránsito y de zonas preferenciales.

Por Tal Cual

Las pocas o ninguna rampas con barandas en lugares precisos que faciliten el acceso a personas con discapacidad músculo esquelética, el nulo manejo de lenguajes de señas en comercios, hospitales e instituciones públicas y las infraestructuras poco adecuadas les dificultan e impiden llevar a cabo actividades de la vida diaria a este vulnerable grupo de la sociedad, haciéndolos incluso, prisioneros en su propio hogar.

Meme González, de 26 años, nació con Polineuropatía desmielinizante, un enfermedad que heredó de su padre y que afecta principalmente huesos y músculos. Con la llegada de las protestas de 2017, precedidas por la crisis económica y la escasez de productos, movilizarse se tornó en pesadilla para ella, pues había pocas unidades de transporte -«si veían a alguna persona discapacitada en la parada seguían y te dejaban ahí botado»- y el Metro no era una opción por el salvajismo de los usuarios y el irrespeto a zonas preferenciales. Entonces decidió no salir más a las calles de una ciudad convulsa.

En 2021, a tres años de encierro, volvió al ruedo aunque ya no salía sola. “Cuando me traslado es por trabajo. Soy DJ profesional y si una productora me contrata pido que me garantice el traslado, o cuando salgo con mis amigos me vienen a buscar, pero muy de vez en cuando”.

Para Meme “Caracas es una ciudad súper limitante y no está para nada diseñada para personas con discapacidad. En donde sea hay un murito y no hay un agarradero ni rampas para poder subirlo». Agrega que para que la ciudad sea más transitable “deberían servir los semáforos y ser respetados por los conductores, hacer rampas menos inclinadas y con barandas de los lados, y que en el Metro sirvan todas las escaleras mecánicas y todo esté iluminado”.

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